Alta y baja tecnología de jóvenes que optan al Premio al Mejor Inventor
Ya hay tres finalistas que optan al premio European Inventor Award de la Oficina de Patentes Europea en la categoría de «Mejor Inventor Joven». Esto hace referencia a todos los jóvenes menores de 30 años que trabajan en soluciones para diversos problemas relacionados con la sostenibilidad y la igualdad.
Aunque el mero hecho de llegar hasta la gran final ya les hace merecedores del premio, todavía queda la incógnita de saber cuál será el ganador. Pero no está de más repasar antes sus tres innovaciones, que van desde lo más tecnológico a lo más campestre e ingenioso.
Una posible solución al problema de los microplásticos
La idea de Fionn Ferreira, que ya recibió un premio en 2019 en la Google Science Fair, es utilizar ferrofluidos para filtrar los microplásticos. Básicamente hay que combinar el agua de mar con un líquido compuesto de aceite y magnetita, que son materiales inocuos y limpios. La magnetita atrapa los microplásticos cual imán; entonces podrían filtrarse haciéndolos pasar por un circuito que los atrae y elimina.
Aunque no se puede eliminar la totalidad del plástico contaminante, Ferreira dice que en las pruebas han conseguido medir una extracción del 85% de los microplásticos, que es una buena cifra para empezar. Este invento entraría dentro de los Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los relacionados con el Agua limpia y Saneamiento (#6).
Poner la programación al alcance de todos
El trabajo de la investigadora portuguesa Filipa de Sousa Rocha es un sistema educativo en el que se utilizan objetos a modo de «piezas de Lego» para enseñar conceptos digitales y de programación a niños pequeños que tengan cualquier tipo de problemas de visión. La idea encaja con los Objetivos #4 y #10 de las Naciones Unidas: Calidad de la Educación y Reducir las Desigualdades.
Los conceptos básicos digitales enseñados con esas piezas especiales, grandes y con formas táctiles (iconos y flechas) son mucho más fáciles de entender que las alternativas tradicionales que son mucho más visuales y a veces complejas. A modo de juego los niños pueden programar un robot para que haga movimientos, modificando su comportamiento cambiando unas piezas por otras.
Para que les resulte más fácil, el propio tablero en el que se encajan las piezas ofrece una gran libertad para encajar las piezas donde más convenga; es una webcam la que se encarga de examinarlo para «leer» a distancia las piezas y transmitir las órdenes al robot o dar respuestas a los niños. En cierto modo es una combinación de Braille, piezas grandes fáciles de colocar e inteligencia complementaria capaz de interpretarlo todo para que se puedan entender y aprender más rápida y fácilmente todos los conceptos.
Baja tecnología para resolver problemas cotidianos
La idea de Richard Turere le sobrevino al comprobar que en sus paseos nocturnos para vigilar las vacas del pueblo nunca había problemas si utilizaba una linterna. De modo que ideó una pequeña lámpara llamada LionLights que se puede instalar alrededor de los cercados y establos en los que duermen las vacas y cuyos flashes luminosos, emitidos periódicamente, durante la noche, sirven para ahuyentar a los leones, simulando la presencia humana. De este modo ni las vacas sufren ni los leones padecen las consecuencias, y todos contentos. Este sencillo invento encajaría con el Objetivo #15, Vida en la Tierra.
Ahora sólo resta saber cuál de los tres se llevará el gran premio, pero de momento ya han dado una buena lección tecnológica a compañías y a otros inventores de todo el mundo.
Fotos | (CC) Fionn Ferreira @ Wikimedia; European Patent Office