La Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) de Singapur ha comenzado un proyecto piloto con un autobús eléctrico Volvo 7900 como protagonista. Se trata de un modelo completamente eléctrico que equipa las últimas tecnologías de ayuda a la conducción y que opera en un circuito cerrado de pruebas, llamado CETRAN, donde hay condiciones similares a las de las carreteras de calles y carreteras. En la experiencia participa la LTA, el organismo oficial de transportes del país asiático.
El autobús tiene una capacidad de unos 40 asientos y 80 personas en total, e incorpora todo tipo de nuevas tecnologías. Entre ellas hay cámaras 3D, GPS para el posicionamiento con precisión de 1 cm, LIDAR (radar de posicionamiento y detección de obstáculos) y un sistema de navegación integral para asistencia en la conducción. También cuenta con un sistema de acelerómetro y giróscopo inercial para mejorar la estabilización del autobús cuando circula por terrenos desiguales o tiene que pasar sobre badenes.
El Volvo 7900 mide 12 metros de largo, es completamente eléctrico y no produce emisiones contaminantes de ningún tipo. Se ha calculado que requiere un 80% menos de energía para su funcionamiento que un autobús diesel del mismo tamaño. Al ser tan avanzado cuenta también con un sistema de “ciberseguridad” específico para protegerse del exterior.
En la experiencia también participan las empresas SMRT (el principal proveedor de transporte terrestre multimodal de Singapur) y ABB, con su tecnología de cargadores para vehículos pesados: HVC, por sus siglas en inglés. Estos cargadores emplean OppCharge, una interfaz abierta para la carga de autobuses eléctricos habitual en la región de Asia-Pacífico; son capaces de suministrar 300kW CC con un tiempo de carga rápida de tres a seis minutos. Los autobuses se recargan en las estaciones base que hay al principio y final de la línea, de modo que no tienen por qué afectar a otras unidades que estén circulando en ese momento.
El laboratorio de la universidad investiga básicamente la adaptación de todas estas nuevas tecnologías y su grado de madurez, incluyendo la posibilidad de que estos sistemas puedan obtener las certificaciones adecuadas en el futuro para su despliegue en vías públicas.
Foto | Nanyang Technological University