Esta pequeña joya es el Ghostbusters Owners’ Workshop Manual y del mismo modo que mucha gente aprecia y devora los manuales de los coches cuando se los entregan nuevecitos, este sería el manual equivalente del Ectomobile, uno de los más emblemáticos vehículos de Hollywood: el coche de los cazafantasmas.
Se trata de un libro de 160 páginas a todo color, editado en tapa dura, de la colección que Haynes –una editorial británica conocida por sus manuales técnicos de coches y motocicletas– tiene dedicadas a vehículos imaginarios del cine y las series de televisión. Sus autores son Troy Benjamin y Marc Sumerak, fans de las películas, que examinaron los largometrajes con todo detalle y añadieron además bocetos, esquemas e información procedente de los creadores de las maquetas y los vehículos originales que se ven en los largometrajes.
El libro cubre los diferentes modelos de Ectomobiles que se han visto en las diferentes entregas de la sala, conocidos por su matrícula Ecto-1. Esa matrícula, por cierto, es la abreviatura de “ectoplasma”, la fantasmagórica materia viva de forma cambiante que se atribuye a los fenómenos paranormales. El manual cubre tres modelos básicamente, aunque a lo largo de las películas y en otros materiales oficiales como videojuegos y series se han visto hasta 8 (numerador Ecto-1, 1a, 2, 3… etcétera).
El vehículo original fue diseñado por Steven Dane a partir de un Cadillac Miller-Meteor totalmente destartalado de 1959 como los que servían de ambulancias en la época. En la película lo compra uno de los cazafantasmas a precio de ganga porque necesitaba suspensión, frenos, transmisión y cableado, entre otras decenas de arreglos. El hábil cazafantasmas aprovecha las reparaciones para hacer del vehículo un auténtico complemento técnico para su labor: lleva sujecciones para las mochilas protónicas de los protagonistas, antenas y detectores, sirenas, espacio para las trampas y un cañón protónico (que no llegan a usar). En otras versiones vistas en cómics y series de animación el Ectomobile lleva incluso sidecar y un mecanismo de autogiro para hacerlo volar.
En la versión renovada de la película que se estrenó en 2016 el coche tiene un poco el mismo aspecto, pero según la historia es un vehículo de funeraria reacondicionado. Le instalan un reactor nuclear –cuestiones del guión– y aunque le hacen cien modificaciones mantienen el techo rosa original, de modo que resulta igual de llamativo que el de la película de los 80.
A quien le guste este tipo de manuales imaginarios disfrutará además de todos los extras que han incluido: los gadgets más llamativos de los cazafantasmas, incluyendo mochilas, trampas y otros artilugios. Si esto sabe todavía a poco, la misma editorial ha publicado otros manuales como el del Halcón Milenario o La Estrella de la Muerte de ‘La guerra de las galaxias‘; el Enterprise 1701-A de ‘Star Trek‘ o la nave de los Thunderbirds. Están clasificados en su web en varias categorías, incluyendo “ciencia ficción”, “infantil” y –irónicamente quizá– “estilo de vida práctico”.
Últimas entradas de Microsiervos:
- La historia de los “dummies”, los muñecos que mejoraron la seguridad de los automóviles
- El Récord Guinness del vehículo más eficiente en cuanto al consumo de combustible equivale a 0,01 litros a los 100 km
- Las “rutas más seguras” no siempre son las más rápidas o directas, pero se pueden calcular de forma precisa