La oferta actual de drones es enorme, muy variada, y que va desde los drones más domésticos y orientados al ocio, pasando por drones ya medianos con aplicaciones, digamos, serias, hasta los vehículos aéreos no tripulados de grandes dimensiones y prestaciones, como los que se utilizan para misiones de vigilancia del ejército, por ejemplo. Sin embargo, la oferta de drones es fija, en el sentido de que hasta el momento es incómodo diseñar y construir un vehículo de este tipo totalmente a medida, para nuestras aplicaciones específicas.
Gracias al Instituto Tecnológico de Massachussets, el M.I.T., será posible diseñar nuestro propio dron acorde a nuestras especificaciones, de manera totalmente libre. Eso sí, aunque hemos obviado la parte legal de lo que supone poseer y volar un dron, hemos de decir que este modelo que nosotros diseñemos ¡ha de adecuarse a ese marco legal!
El software desarrollado por el M.I.T. permite a los usuarios diseñar, simular y construir su propio dron personalizado. Los usuarios pueden cambiar el tamaño, la forma y la estructura de su zumbido basándose en las necesidades específicas que tienen para la carga útil, el coste, el tiempo de vuelo, el uso de la batería y otros factores.
La idea es tan sencilla como genial: en lugar de adecuar las soluciones a la oferta actual de drones, se diseña un dron ad hoc para cubrir una necesidad específica. Si uno necesitase un dron con forma de conejo, ¿por qué no? Si lo que necesita es una gran capacidad de carga, pero poca autonomía y necesidades limitadas de vuelo, ¿por qué no diseñarlo todo centrado en la carga?
Todo esto pinta muy bien, pero hay ciertas reglas y compromisos que cumplir. A pesar de que podemos diseñar drones con diferentes hélices, rotores y varillas, hemos de tener garantías de que esos drones que fabricaremos pueden despegar, volar y aterrizar. Esto no siempre es obvio, ni sencillo, porque hay que tener en cuenta los problemas técnicos asociados con el peso, la forma y el control de los drones.
Tao Du, estudiante de doctorado que participa en el proyecto, lo resume para entenderlo a la perfección: “añadir más rotores generalmente permite llevar más peso, pero también hay que pensar en cómo equilibrar el dron para asegurarse de que no se inclina. Los drones de forma irregular son muy difíciles de estabilizar, lo que significa que requieren establecer parámetros de control muy complejos“.
El verdadero potencial de este sistema de diseño no es que cada uno pueda hacer su propio dron personalizado, sino potenciar la innovación y democratizarla, ponerla al alcance de más personas en diferentes países. Si cualquier amateur pensase en diseñar su propio dron se vería en graves problemas para compensar rotores con hélices, haciendo cálculos para soportar la carga, enfrentándose a todo el software de control…
Con la interfaz todo es más sencillo. Los usuarios diseñan los drones eligiendo de una base de datos las diferentes partes, y especificando aparte sus necesidades como la carga útil, el costo y el uso de la batería. El sistema hace sus cálculos sobre los tamaños de los diferentes elementos de diseño como las longitudes de las varillas y los ángulos del motor, estudia métricas como el par y el empuje, y llega a la conclusión sobre si el diseño funcionará realmente, o no.
Vía | Engadget