¿Está prohibido parar y estacionar en un cambio de rasante?
Según el Reglamento de Circulación, nos encontramos en un cambio de rasante cuando en la carretera se juntan dos tramos con distinta inclinación. Es decir, que el vehículo sube o baja por una pendiente más o menos pronunciada. A veces, un cambio de rasante no significa una menor visibilidad. Cuando por este motivo no se ve la largura total de la calzada sí que puede resultar peligroso, tal y como sucede también en algunas curvas.
En función de la inclinación de la carretera, los cambios de rasante pueden ser cóncavos o convexos. En estos últimos se debe extremar la precaución porque son en los que más frecuentemente hay poca o ninguna visibilidad. Por visibilidad reducida se entiende cuando la rampa no deja ver todo lo que está por delante, lo que impide maniobrar con seguridad.
Como consecuencia de esta falta de visibilidad derivada del cambio de inclinación en la que no vemos a otros vehículos, la prudencia dicta que se debe aminorar la velocidad y no es posible realizar un adelantamiento, parar o estacionar: está prohibido hacer todo esto en un cambio de rasante. Si hay visibilidad, entonces sí es posible adelantar en ese tramo, siempre siguiendo las indicaciones de las señales y/o las líneas de la carretera. Tampoco están permitidos los cambios de sentido ni otras maniobras. Ante un cambio de rasante con poca visibilidad, además de moderar la velocidad, si es una vía de doble sentido, se recomienda hacerse ver encendiendo las luces de posición.
Si el coche se avería y se para en un cambio de rasante (o debes estacionarlo para no agravar el problema), déjalo fuera los más lejos posible de la calzada, pon las luces de emergencia, señaliza con los triángulos y llama al servicio de asistencia. Aunque normalmente no están señalizados, la señal que indica la proximidad de un cambio de rasante tiene forma de triángulo y en su interior aparece un dibujo negro que ilustra un resalto (concavidad hacia arriba). Fíjate en las líneas continuas y respétalas hasta que cambien a discontinuas y puedas adelantar.
Los cambios de rasante resultan especialmente peligrosos para los ciclistas. Si te encuentras con uno en la carretera en un cambio de rasante, tendrás que esperar a tener visibilidad para adelantar. Una vez que ya se vea la calzada, y puedas, adelanta con seguridad, aplica la normativa en cuanto a adelantamientos a ciclistas, es decir, respetando la distancia de seguridad lateral mínima que es de 1,50 metros, o si la vía cuenta con más de un carril por sentido, es obligatorio cambiarse a ese carril contiguo para dejar el máximo espacio posible (y no temas, en los adelantamientos a bicicletas está permitido pisar la línea continua, según la última ley de tráfico).
Como la inclinación de la calzada impide ver la continuación de la calzada, los cambios de rasante son especialmente peligrosos porque tal vez en uno de esos tramos que no vemos pueda haber un vehículo averiado, una zona de obras o cualquier otro obstáculo con el que se podría colisionar o arrollar con el riesgo que eso supone para el vehículo en cuestión, para todos los demás y para los viandantes.
Para conducir seguros en cambios de rasante o curvas con baja o nula visibilidad, existen sistemas de seguridad conectados en la nube, como el de alerta por luces (Hazard Light Alert) integrado en la serie XC90 de Volvo. Sin embargo, aunque tu coche disponga de este equipamiento, con los “puntos ciegos” se impone la máxima precaución al volante, especialmente cuando las condiciones meteorológicas se presentan adversas o circulas por la noche.