La fabricación de «acero verde» libre de emisiones de carbono ya es una realidad
En la fabricación industrial de acero se viene utilizando tradicionalmente carbón y coque para eliminar el oxígeno del hierro y convertirlo en acero más resistente. Ahora una empresa sueca llamada >Hybrit (de Hydrogen Breakthrough Ironmaking Technology) surgida de la colaboración entre SSAB (fabricante de acero), LKAB (minería) y Vattenfall (la compañía estatal sueca) está comenzando a reemplazar por hidrógeno esos productos fósiles contaminantes, dando lugar a lo que han dado en llamar «acero verde».
Se trata de una solución mucho más limpia y amable con el medio ambiente, cuyas emisiones tras el proceso de fabricación son simplemente un inocuo vapor de agua, contribuyendo de este modo en la lucha contra el cambio climático.
Pero para que el proceso completo de fabricación no tenga «truco», ninguno de los procesos debería utilizar combustibles fósiles. Por esta razón el hidrógeno que se utiliza procede del agua (H2O) de donde se separa del oxígeno utilizando electricidad producida mediante energías limpias. El resultado recibe el nombre de «hidrógeno verde». De este modo, el proceso de reducción directa no produce ni directa ni indirectamente CO2, tan sólo vapor de agua, como el de las nubes, y es lo más limpio posible, dentro de la tendencia a la descarbonización de todas las industrias actuales. Esto permite a la compañía lucir un gigantesco rótulo de «Acero libre de combustibles fósiles» en su fachada.
Este proceso de fabricación, que comenzó a desarrollarse en 2016, ya está probado y de hecho las primeras entregas de acero han llegado ya a Volvo Cars para estudiarlas y comenzar a utilizarse en diversos proyectos durante la fase de pruebas. Pero todavía falta algún tiempo para depurar y escalarlo todo adecuadamente. Hybrit espera el comienzo de la producción formalmente para el año 2026, cuando se podría estar produciendo al ritmo habitual de la industria. Los primeros cálculos indican que cambiar de acero convencional a «acero verde» permitiría reducir un 7 y un 10 por ciento las emisiones contaminantes de Suecia y Finlandia, respectivamente. Un dato ciertamente llamativo para uno de los productos industriales más demandados de la sociedad moderna.