Frenos de disco “2.0” que reducen la producción de partículas contaminantes

Además de las emisiones procedentes del tubo de escape, por la combustión, los vehículos emiten también otras partículas contaminantes o “sucias”. Por ejemplo, las producidas por la fricción de elementos como los neumáticos, el embrague o los frenos. Un desarrollo reciente busca, precisamente, reducir la cantidad de polvo y de partículas que resultan de la fricción de las pastillas con el disco de freno que, según Bosch, llegan a suponer más del 30% de la emisión de partículas relacionadas con la circulación de los vehículos.

En los últimos años se han eliminado las partículas más nocivas del polvo de los frenos (popularmente conocido como “ferodo”, por la conocida marca de pastillas de freno), en especial al prescindir del uso del amianto en su fabricación. Sin embargo, las partículas de polvo ensucian el suelo, los elementos mecánicos (ese polvo que deja mancha de forma característica y oscurece las llantas del eje delantero) y el aire, especialmente de las ciudades que es donde se hace un mayor uso de los frenos.

Volvo Cars fue una de las primeras marcas en prescindir del amianto en componentes de fricción para sus automóviles, en 1985, eliminado el alto riesgo que supone para la salud cuando se inhala en forma de polvo. La directiva que prohíbe en Europa la comercialización de productos relacionados con la industria del automóvil que hacen uso del amianto no entraría en vigor hasta casi quince años después, en 1999.

El iDisc o “disco de freno 2.0”, desarrollado por Buderus Guss, está diseñado para reducir en hasta un 90% la producción de ese polvo sin perjudicar la eficacia del frenado ni la duración del conjunto.

A diferencia de los discos convencionales de acero, los del iDisc están recubiertos con una capa de carburo de wolframio, un compuesto formado por wolframio y carbono, que reduce la abrasión. Combina las dos principales virtudes de los discos de carbono —resistencia al calor y menor producción de polvo— con la de los discos convencionales de acero —coste y disponibilidad—, lo que resulta en un producto que, siendo menos costoso, resulta más limpio y resistente al desgaste. El recubrimiento impide además la formación de óxido en la superficie del disco, que reduce la eficiencia de la frenada en los primeros usos y hasta que la capa de óxido se desprende.

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