Diversos expertos de la Agencia Sueca de Energía están trabajando en formas de reducir la resistencia aerodinámica de los grandes camiones, algo innato a su movimiento por las carreteras y que tiene un gran efecto en cuanto al consumo de combustible. Cuanto menor sea la resistencia aerodinámica, menos energía se necesita para mover el vehículo y por tanto menor consumo.
La idea de utilizar generadores de vórtices (o generadores de vortex) no es precisamente nueva: en aviación se utilizan desde hace bastante tiempo y consisten básicamente en pequeños triángulos en los bordes de ataque de las alas; de hecho en algunos aviones son perfectamente visibles desde las ventanillas. En el caso de los aviones estos componentes son estáticos y mejoran la sustentación a bajas velocidades, de modo que son útiles en los despegues y aterrizajes –básicamente porque disminuyen la velocidad de “entrada en pérdida” sin tener mayores efectos a gran velocidad.
Tal y como explica el vídeo, el impacto del aire o viento sobre el camión puede ocurrir a diversas velocidades y desde distintos ángulos; esto es lo que genera las turbulencias y produce la resistencia al avance. También es lo que complica encontrar una solución genérica y con piezas fijas. En el caso de los camiones, los ingenieros están trabajando con vórtices generados mediante electrodos que ionizan el aire en diversas direcciones.
Los electrodos instalados en puntos clave de la carrocería del vehículo –como las esquinas– son actuadores eléctricos. Cuando se aplica un gran voltaje ionizan el aire de los alrededores, haciendo que el aire se mueva a través de ellos. En cierto modo son como un pequeño ventilador pero sin piezas mecánicas. El movimiento de esas corrientes, que puede regularse, puede hacerse coincidir dinámicamente con el de las corrientes de viento que impactan contra el vehículo, haciéndolas en cierto modo “resbalar”. Si el aire tiene dificultades para impactar directamente contra la carrocería se “desviará” suavemente, produciendo menos fricción y menos turbulencias. El resultado es que el viento que impacta contra el camión debido a su movimiento se desplaza por sus laterales, reduciendo su impacto aerodinámico.
Teniendo en cuenta que prácticamente el 20% de las pérdidas de energía se deben a la resistencia aerodinámica, los expertos creen que con este sistema podría lograrse una reducción de hasta el 5% del gasto de combustible. Algo que aumentaría la autonomía de los vehículos, además de resultar beneficioso para el medio ambiente.
Foto | La investigadora Julie Vernet del KTH Royal Institute of Technology