Vistos de lejos, los vehículos eléctricos poco se diferencian de los tradicionales; a veces ni se pueden distinguir unos de otros. Pero hay un detalle externo que puede resultar llamativo con sólo echar un vistazo a las ruedas: los neumáticos de los vehículos eléctricos tienen algunas particularidades, cuyo origen es principalmente técnico, y que los hacen realmente especiales.
El fabricante italiano Pirelli que equipa a vehículos de todo tipo lleva tiempo investigando estas peculiaridades y las ha tenido en cuenta cuando prepara los neumáticos que se instalan en muchos nuevos vehículos. Ian Coke, director de calidad en Pirelli, explicó con detalle en una entrevista en qué consiste este trabajo con los vehículos eléctricos en mente, incluyendo:
- El peso de los vehículos eléctricos es normalmente mayor que en los vehículos convencionales, debido al «extra» de las pesadas baterías. Por esta razón, la goma de los neumáticos debe adaptarse a la mayor presión que se ejerce sobre las cuatro ruedas.
- Los vehículos eléctricos necesitan mayor agarre. Esto se debe a que su potencia, y en especial el par de torsión (torque), suele ser bastante mayor que el de un vehículo tradicional.
- Menor resistencia equivale a mayor autonomía. Uno de los factores más críticos de los vehículos eléctricos es su autonomía. Unos neumáticos que reduzcan la autonomía debido a las pérdidas por rozamiento –incluso aunque sea tan poco como un 5 ó 10 por ciento– puede suponer una diferencia notable.
- Los vehículos eléctricos son más silenciosos. Esto hace que el ruido que normalmente generan los neumáticos no pase desapercibido, sino que sea más llamativo e incómodo de lo normal.
Todas estas situaciones hacen que haya que buscar cierto equilibro entre factores que son aparentemente contradictorios: normalmente mayor agarre implica mayor rozamiento, pero lo que es bueno para ganar tracción puede suponer una disminución de la autonomía, que también es muy necesaria.
El desarrollo de estos tipos de neumáticos se enmarca además dentro de los planes de sostenibilidad de la compañía, que implica fabricarlos con materiales más «verdes», reducir el consumo de agua y de emisiones de CO₂ durante su fabricación y el trabajo con otras empresas y suministradores de materiales que empleen las mismas estrategias. Todo esto se puede traducir en ahorro de combustible, agua y emisiones de CO₂, actuaciones que a la larga suponen ahorros importantes para la salud del planeta.
En el desarrollo de neumáticos que ofrezcan todas estas soluciones se centran las investigaciones de Pirelli: modelos que soportan un 20% más de peso, menor rozamiento para aumentar la autonomía y a la vez disminuir el ruido que generan para que la conducción sea más confortable, mediante las pruebas con nuevos patrones de dibujo que mantengan las características de siempre, pero sean más silenciosos, al menos en el interior del vehículo. Curiosamente esto último también podría ser una ventaja de cara al exterior: dado que los coches extremadamente silenciosos pueden suponer un peligro para viandantes y otros conductores no está mal que emitan algo de sonido característico para «avisar» de la presencia de los vehículos. No hay mal que por bien no venga.