¿Te imaginas que se estropea el sistema de climatización o climatizador de tu coche en plena ola de frío o de calor? Disfrutar de una experiencia de conducción agradable depende, en gran medida, de si estamos cómodos con la temperatura del habitáculo. Sin embargo, como ocurre cuando se va la luz en una vivienda, no te das cuenta de lo mucho que importa este sistema hasta que te falta por una avería. De la misma manera que no acudimos a la consulta del oftalmólogo hasta que notamos un problema de visión, algo así pasa con el climatizador. Error. Estamos muy acostumbrados a revisar de forma periódica, por ejemplo, el nivel de aceite del motor o la presión de los neumáticos del vehículo, pero no sucede lo mismo con el sistema del aire acondicionado o climatizador (este último permite el control de la temperatura). Si bien hemos asumido el hábito de recargar el gas del aire acondicionado, un buen mantenimiento va más allá. Llevarlo a cabo de forma anual es importante para asegurar el correcto funcionamiento en cualquier época del año.
El sistema de climatización del coche se encarga no solo de ajustar la temperatura a las preferencias del usuario, de él también depende el control de la pureza y de la humedad. Los sensores integrados en el automóvil funcionan en conjunto con la unidad de aire acondicionado para medir y mejorar la calidad del aire. Aunque minimiza el riesgo de inhalar patógenos, tampoco los elimina por completo. Para ello existen desinfectantes, como el ozono, que actúan para proporcionar una limpieza profunda del circuito.
Existen diversos motivos por los que el sistema de calefacción y refrigeración puede fallar. Desde una fuga o un nivel bajo de refrigerante hasta la avería de un compresor, condensador o ventilador. En los conductos y rejillas de ventilación se quedan atrapadas partículas de polvo, polen y otros contaminantes del aire peligrosos para la salud, como microorganismos (se producen bacterias, hongos y moho debido al proceso de condensación). Por eso, dentro del mantenimiento, se revisa que el filtro del aire acondicionado esté en buen estado. Un sistema de climatización con un mantenimiento deficiente puede dar lugar a un mayor consumo de combustible, ya que tarda más tiempo en enfriar el aire.
El climatizador, un sistema clave para la seguridad en invierno
Otra razón por la que no debemos descuidar el mantenimiento del climatizador es porque gracias a él conducimos con mayor seguridad: se ocupa de desempañar el vaho que se produce en invierno en las ventanas, el cual impide la visibilidad. Al activar esta función, se dirige aire fresco hacia el parabrisas, secando la humedad del interior del cristal. Si notas mal olor cuando enciendes el climatizador (normalmente se debe a la acumulación de bacterias y microorganismos en los conductos), recurre a los servicios profesionales para que apliquen el tratamiento antibacteriano más adecuado.
Para garantizar el correcto funcionamiento del climatizador es necesario acudir a un taller oficial para que un experto compruebe su estado. Ahí identifican los componentes desgastados y dañados y los sustituyen por unos nuevos. En la puesta a punto que se suele hacer antes de emprender un viaje, se incluye la revisión del sistema de climatización.
Con el servicio Volvo Loyalty, al hacer el mantenimiento en un concesionario oficial, se accede a la actualización gratuita de distintos softwares del vehículo, entre ellos el del sistema de climatización, algo importante si se quiere optimizar el funcionamiento en todo momento.
Como ves, el sistema de climatización de tu vehículo proporciona tanto confort (lo ideal es regularlo con una temperatura entre 22 y 24 grados centígrados) como seguridad al volante y en la salud (la propia y la del medio ambiente), así que recuerda llevarlo a tu taller de confianza para revisarlo cada año con el fin de evitar inconvenientes.
