Con el gran peso de los coches, de entre una y dos toneladas, es sorprendente que alguien pueda girar fácilmente el volante. Gracias a la dirección asistida esta acción se lleva a cabo sin esfuerzo. Por eso se ha convertido en una característica esencial en los coches modernos. Francis W. Davis y George Jessup la inventaron en los años 20 del siglo XX y se introdujo por primera vez en automóviles producidos en masa de forma comercial en Estados Unidos en la década de los años 50. Poco a poco se fue extendiendo y se popularizó.
¿Qué es la dirección asistida?
El sistema de dirección asistida es un mecanismo que asiste al giro del volante y tiene la función de ayudar a girarlo con mayor suavidad. También tiene la función de reducir el impacto transmitido desde los neumáticos al volante. Además, disminuye los movimientos del volante debido a los desniveles de la carretera.
¿Cómo funciona la dirección asistida?
El tipo de dirección asistida más antiguo y tradicional funciona mediante un sistema hidráulico. Consta de una bomba de dirección asistida, cilindros y mangueras intermedias. La bomba, accionada por el motor, garantiza que el aceite acabe en la cremallera de dirección. Cuando se gira el volante hacia la izquierda o hacia la derecha, este aceite se transporta a los cilindros. Esta presión de aceite asegura que se requiera menos fuerza humana para dirigir el automóvil con cada movimiento del volante.
Tipos de dirección asistida
Existen tres tipos o sistemas de dirección asistida: hidráulica, eléctrica (también conocida como sistema EPS) e electrohidráulica (una mezcla de los dos anteriores). Hasta comienzos del siglo XXI, la dirección asistida hidráulica era la corriente principal, pero desde entonces predomina la eléctrica.
Hidráulica
Este tipo de dirección asistida es impulsada por una bomba que está conectada al motor mediante una correa de transmisión. La bomba suministra fluido hidráulico bajo presión. Cuando se gira el volante y hay resistencia por parte de las ruedas, se abre una válvula que dirige el fluido hidráulico a un pistón que ayuda a girar las ruedas en la dirección deseada. Cuando las ruedas se han girado a la posición deseada, la resistencia cesa y la válvula se cierra.
La presión está controlada por la velocidad del coche: mayor presión a menor velocidad. Esto significa que obtienes más potencia al estacionar y conducir lentamente cuando la dirección es más lenta. Por el contrario, tienes menos potencia cuando el coche circula a velocidad de autopista y la dirección sigue siendo bastante fácil.
La principal desventaja de un sistema hidráulico es que la bomba toma energía del motor incluso cuando el volante está recto. Es decir, que la bomba funciona en todo momento y esto repercute en el consumo de combustible, desperdicia energía. Por ello, en los últimos años han sido sustituidos por modelos eléctricos más eficientes. Además, la dirección asistida hidráulica tiene bastantes componentes, es pesada y ocupa bastante espacio. Por eso la mayoría de los automóviles modernos tienen dirección asistida eléctrica.
Eléctrica o sistema EPS
La dirección asistida eléctrica funciona utilizando la potencia de un motor eléctrico. Este sistema se controla mediante sensores que envían información sobre los movimientos del volante y la velocidad a la unidad de control, el “cerebro” del coche. Utiliza esta información para transferir la cantidad correcta de potencia a las ruedas a través de motores eléctricos, de modo que el automóvil pueda adaptarse a diferentes condiciones de conducción. A diferencia de la dirección asistida hidráulica, esta solo funciona cuando el volante está realmente girado.
En comparación con el tipo hidráulico, no utiliza directamente la potencia del motor, por lo que tiene una ventaja en términos de eficiencia de combustible, aunque el hidráulico es mejor en cuanto a sensación natural de la dirección.
Los sistemas de dirección asistida eléctrica no solo mejoran la eficiencia del combustible, sino que también sirven como una tecnología esencial para la seguridad.
Electrohidráulica
En los últimos años también han aparecido sistemas de dirección asistida híbridos, es decir, electrohidráulicos, que operan la presión hidráulica utilizando la potencia de un motor eléctrico, mejorando la sensación de dirección. O lo que es lo mismo: son similares al sistema hidráulico, pero la presión hidráulica la crea un motor eléctrico, en lugar de un motor accionado por correa.
Los beneficios de la electrificación incluyen una pérdida reducida de potencia del motor que acciona la bomba de aceite, un peso más ligero debido a la simplificación del sistema, un funcionamiento más silencioso por la eliminación del ruido hidráulico y la ausencia del mantenimiento necesario para el sistema hidráulico.
