Los sistemas de seguridad en el vehículo se clasifican en dos grandes grupos: los sistemas de seguridad activa y los de seguridad pasiva. Las diferencias entre ambos son muy claras y, fundamentalmente, se refieren al momento en que cada sistema entra en funcionamiento. Los sistemas de seguridad activa trabajan para evitar cualquier situación de peligro; los sistemas de seguridad pasiva actúan en el momento en que hay problemas, para mitigar en lo posible sus consecuencias. Todos los sistemas que están alerta mientras conduces, trabajan para garantizar tu seguridad, y la innovación en seguridad con sistemas como IntelliSafe también trabaja en ese mismo sentido.
La seguridad activa, para evitar los accidentes

Seguridad activa significa prevención de accidentes. Significa disponer de los sistemas adecuados para corregir comportamientos extraños, para aumentar las capacidades del conductor, y significa proveer de las herramientas más eficaces a un conductor que, como humano que es, está limitado por sus reflejos y capacidades psicofísicas. Por lo tanto, en este conjunto de sistemas nos encontraremos todos aquéllos que actúan mientras conducimos, de uno u otro modo:
- Los sistemas electrónicos como el ESP, conocido como el control de estabilidad, capaz de actuar sobre cada rueda de manera independiente para garantizar (hasta cierto punto) el mantenimiento de una trayectoria determinada por la posición del volante.
- El ABS, capaz de evitar el bloqueo de las ruedas en una frenada de emergencia, situación que lleva en la mayoría de los casos a una colisión por alcance, o a una salida de la vía.
- Las suspensiones, un elemento poco considerado en el terreno de la seguridad, pero que tiene un papel fundamental para garantizar que los cuatro neumáticos estén en contacto con la vía la mayor cantidad de tiempo posible, para maximizar la tracción, el agarre y la capacidad de frenado del coche.
- Sistemas que potencian las capacidades del conductor en una emergencia, como la frenada de emergencia autónoma para peatones (AEB peatones), un sistema que le ha valido a Volvo las cinco estrellas EuroNCAP al conseguir los seis puntos en esa prueba en concreto. Este sistema mejora las habilidades de reacción del conductor, además de aumentar la fuerza ejercida sobre el pedal de freno.
- Otros sistemas más mecánicos, como el bloqueo electrónico del diferencial; sistemas que no nos parecen de seguridad, como el sistema de alumbrado del coche (que nos permite ver los peligros, ergo nos permite prevenir accidentes); los neumáticos, un clarísimo sistema de seguridad activa por su propia naturaleza…
Cualquier sistema del coche que esté involucrado en la prevención de una acción incorrecta (detección de cambio de carril involuntario, por ejemplo), o que corrija una entrada errónea, como la pérdida de tracción de una sola rueda que pisa una placa de hielo en curva (el ESP corregirá ese error), o que aumente las capacidades del conductor, es seguridad activa.
La seguridad pasiva, para proteger a los ocupantes

En caso de que los sistemas de seguridad activa no sean capaces de evitar una situación crítica, sobreviene un incidente que puede terminar, o no, en colisión. Normalmente sí termina en una colisión, ya sea contra otro vehículo, contra un objeto inmóvil o una salida de la vía. Es entonces cuando entran en juego todos los sistemas diseñados para proteger el cuerpo humano de las fuerzas involucradas, intentando minimizar las lesiones y tratando por todos los medios posibles de evitar el fallecimiento de los ocupantes del coche.
Los sistemas de seguridad pasiva son los más próximos al conductor y los ocupantes. Uno de ellos, el más conocido y de los que más vidas ha salvado desde su invención, es el cinturón de seguridad. Y claro, todos sus variaciones, como las sillas de retención infantil. Junto al cinturón, el airbag (frontal y todas las variantes) proporciona protección complementaria ante una colisión.
Otros sistemas de seguridad pasiva que quizás no contemplas son las lunas del coche (parabrisas, ventanillas, luneta térmica), o las zonas de deformación controlada, es decir, zonas del coche que se deformarán y destrozarán completamente para disipar parte de la energía que, de no disiparse así, absorbería tu propio cuerpo. Como es lógico, existen muchos más sistemas de seguridad de ambos tipos, pero eso sería objeto de otro artículo diferente.