A la hora de adquirir un vehículo, uno de los parámetros en que más nos fijamos es en su eficiencia, es decir, en su consumo (si funciona con un motor de combustión) y autonomía (en los eléctricos). Desde septiembre de 2018 (enero de 2021 en España, tras una moratoria de adaptación), en Europa se mide este rendimiento de forma más precisa: mediante una nueva prueba conocida por las siglas WLTP (Worldwide Harmonised Light Vehicle Test Procedure). Esta obliga a todos los fabricantes a realizar mediciones de laboratorio que reflejen mejor el rendimiento en carretera de los automóviles, tanto de los tradicionales como de los eléctricos, híbridos o de gas. Este test sustituye al anterior —llamado NEDC (New European Driving Cycle)— vigente desde 1992. Claramente se había quedado obsoleto. ¡Cuánto han “tecno-evolucionado” los coches desde entonces!
Los cambios que introduce esta nueva prueba de homologación permiten una mayor aproximación al comportamiento y las condiciones de conducción de los usuarios (temperatura, potencia, velocidades, distancias, paradas, extras de equipamiento…). Las simulaciones son más realistas y por eso más fiables para medir el consumo de combustible y energía tanto en ciudad como en carretera (concretamente se simulan la circulación urbana, interurbana, carretera y autopista). Eso sí, por muy fiel a la realidad que se lleven a cabo, ten en cuenta que la cifra proporcionada como consumo por la WLTP supone una estimación.
Esta distinta manera de medir el gasto de combustible, las emisiones de CO2y la autonomía en todos los coches que salgan a la venta en la Unión Europea (UE) permite comparar el consumo de cada modelo cuando estás pensando en comprarte uno. Siguiendo los datos del consumo WLTP, por ejemplo, con el Volvo XC40 Recharge eléctrico puedes alcanzar un ahorro de hasta 9.414 euros en tres años con respecto al Volvo XC40 B5 AWD de gasolina. De esta cantidad, 7.914 euros se refieren a gasolina y los 1.500 euros restantes corresponden al mantenimiento y las garantías incluidos en la compra del coche.
Con respecto al antiguo protocolo NEDC, la aplicación del criterio WLTP ha supuesto una reducción de la autonomía homologada de los coches eléctricos en Europa de en torno a un 25%. Otra consecuencia que ha traído este nuevo procedimiento para estimar las emisiones de CO2 es una actualización en la tarifa del impuesto de matriculación, ya que con este sistema las homologaciones de CO2 son muy superiores. Así, el límite de emisión máximo para quedar exento de pagar el impuesto se fijó en 120 g/km de CO2. Los coches que emitan entre 121 y 159 g/km de CO2 abonarán un 4,75%, los de entre 160 y 159 g/km de CO2 un 9,75% y los de más de 200 g/km de CO2 un 14,75%. Con estos nuevos límites, el número de vehículos exentos de pagar se ha reducido y otros han saltado a un tramo impositivo más alto. A la vez, se ha traducido en una subida del precio final del vehículo.
En España, los nuevos límites de emisiones entraron en vigor en enero de 2021 pero han quedado congelados hasta final de año. El Congreso de los Diputados aprobó en mayo una modificación de los tramos que aumenta los límites un 20%: los autos con emisiones de hasta 144 g/km de CO2 quedan exentos del pago del impuesto; si emiten entre 145 y 191 g/km de CO2 supone un 4,75%; entre 192 y 239 g/km de CO2 un 9,75% y los de 240 g/km de CO2 o más un 14,75%. A partir del 1 de enero de 2022, volverán a aplicarse las tarifas de principio de año basadas en las emisiones WLTP. Así, el precio de los coches podría incrementarse de nuevo, a no ser que la normativa se cambie para que no se encarezca el precio final. De ahí que la compra de los coches eléctricos se muestre como una alternativa aún más atractiva, ya que son los que menos emisiones contaminantes registran.
En resumen, el consumo WLTP no significa que los coches consuman y emitan más CO2, sino que es una nueva forma de medir esos parámetros para que se parezcan más a la realidad.
