En el mercado podemos encontrar, de forma más o menos habitual según el caso, cuatro tipos de faros: faros halógenos, faros de xenón, faros LED y faros láser. Una de las diferencias entre ellos es la distancia de iluminación que tendremos según el tipo de bombillas para coche que usemos: 60 metros con las halógenas, 90 metros con los faros de xenón, 300 metros con lámparas LED y 600 metros en el caso de contar con faros láser.
Recordemos que la iluminación es un elemento más en la seguridad activa de nuestro coche. Sirve tanto para ver correctamente todo nuestro entorno como para ser vistos por otros vehículos.
Tipos de faros de coche
Nos vamos a centrar en los tres tipos de faros que podemos encontrar de forma más habitual en nuestras carreteras: faros halógenos, faros de xenón y faros LED. También vamos a hablar de dos mejoras tecnológicas relacionadas con las lámparas LED: los faros adaptativos y los faros de matriz LED. Las luces láser son, a día de hoy, muy caras, y se ofrecen en modelos concretos de coche de forma opcional.
Faros halógenos: características y funcionamiento
Aunque los otros tipos de faros van ganando terreno, los faros halógenos son aún los más extendidos, especialmente en vehículos de gama baja y media. Son los más económicos y los más sencillos de sustituir. Aunque los otros tipos de faros, como veremos después, presentan ciertas ventajas, los faros halógenos siguen siendo una forma de iluminación fiable y la tecnología en la que se sustentan también va mejorando.
Un faro halógeno está formado por un fino filamento de tungsteno, rodeado por un gas halógeno en una cápsula de vidrio; de ahí su nombre. Funciona cuando se envía electricidad a través del filamento, que se calienta y brilla. A las virtudes ya mencionadas hay que añadir una larga duración, aunque como veremos no son los mejores en eso.
Faros de xenón: características y beneficios
Del funcionamiento de los faros de xenón, sus ventajas y sus desventajas, ya hemos hablado. Sucintamente, recordaremos que los faros de xenón son lámparas de descarga de gas. Se caracterizan por ofrecer una gran claridad. Y otro de sus beneficios es que con ellas podemos cubrir con facilidad toda la carretera.
Si comparamos faros de xenón con halógenos encontramos varias ventajas: mayor capacidad de iluminación (entre el doble y el triple), cinco veces mayor durabilidad y un menor consumo eléctrico.
Su principal desventaja es la lentitud de encendido, entre 1 y 3 segundos en alcanzar su intensidad máxima. Por eso, un vehículo tendrá que ir equipado con luces largas de xenón y cortas de otro tipo. O tendremos que optar por los faros bi-xenón, que sí funcionan tanto en las luces de cruce, o cortas, como en las largas. Con este sistema no se apaga una luz y se enciende otra, sino que se “tapa” (y destapa) parte de la iluminación.
Faros LED: innovación y eficiencia energética
Los faros LED (Light-Emitting Diode) están formados por varios diodos LED. O, como veremos, por una matriz de diodos. Los diodos transmiten la electricidad tan solo en un sentido, y cuando lo hacen emiten luz. Existen varios tipos de faros LED, entre ellos los reflectores multifaro y los proyectores elipsoidales.
Sus ventajas son múltiples, empezando por una casi nula latencia lumínica. Esto quiere decir que dan el 100% de la intensidad de luz que son capaces de dar en tan solo una fracción de segundo. Otros aspectos a favor son su bajo consumo eléctrico y una larguísima duración que algunos aseguran que es infinita, aunque voces más prudentes la estiman en unas 10.000 horas.
La luz de estos faros LED es blanca (5000k), y una ventaja adicional, frente a los faros de xenón, es que es más difícil deslumbrar a otro conductor. Los puedes encontrar en diversos modelos de Volvo, como por ejemplo el Volvo XC60 y el Volvo XC90.
Faros adaptativos: iluminación inteligente para mayor seguridad
Los faros adaptativos son una tecnología que solo es aplicable en el caso de las luces LED (y también en los faros láser). Adaptan la luz emitida a la trayectoria del vehículo, orientándola hacia donde se necesita. Esto redunda en mejorar la seguridad y la visibilidad de la conducción nocturna. También se adapta a las circunstancias la potencia de la luz.
La tecnología detrás de este tipo de faros se basa en sensores que analizan el entorno y un procesador que calcula la velocidad y la trayectoria del vehículo. En función de la información procesada, el haz de luz se orienta hacia donde es más necesario. Por ejemplo, si nos acercamos a una curva se ajusta al ángulo que vamos a trazar.
Otra ventaja de este tipo de iluminación es que detecta a los conductores que vienen de frente y evita deslumbrarlos. Y aunque lo habitual en carretera es iluminar hacia delante, en caso de ser necesario también iluminan de forma lateral. Hablamos de iluminación inteligente porque hay un software “tomando las decisiones adecuadas”, basándose en la información con la que se le alimenta. Esta tecnología innovadora se complementa en muchos casos, y se mejora, con la tecnología de los faros matriciales.
Faros de matriz LED: máximo control y precisión
Estos faros también reciben el nombre de faros LED matriciales o Matrix LED. Como su nombre indica, cada faro está formado por una matriz de varias luces LED o diodos. Según las necesidades que haya en cada momento, el sistema encenderá las luces necesarias. Podemos iluminar, por ejemplo, una parte de la carretera con una luz larga y dejar otra en sombra para no molestar a un vehículo que viene en dirección contraria.
Una vez contado esto podemos entender mejor por qué los faros de matriz LED son una mejora en los faros adaptativos. Gracias a este sistema, no es necesaria la existencia de partes móviles que orienten los faros cuando se modifica la trayectoria de la luz, sino encender o apagar los LED que sean necesarios.
Con el tiempo, las matrices se han hecho más grandes y cuentan con cada vez más puntos de luz LED, lo que va a permitir una mayor precisión tanto de la intensidad de la luz como de la dirección de los haces. Hablamos de un tipo de faro más caro que otros citados, pero con una tecnología detrás que avanza día a día. Y además, desde el punto de vista de la seguridad, supone un aporte extraordinario.