Este año 2019 se cumple el 90 aniversario de dos personajes icónicos del cómic y la cultura popular: el reportero-aventurero Tintín y el marinero forzudo Popeye. Así, el pasado 10 de enero fue el cumpleaños de la primera publicación de Tintín, creado por Hergé, allá por 1929.
Repasemos en este post la relación de este personaje con el mundo de la innovación y la tecnología aplicada al transporte. Porque, como sabrás, Tintín viajó en rápidas motocicletas, coches deportivos, en todo tipo de aeroplanos, incluso en un submarino (con forma de tiburón), y como colofón, puso sus pies en la Luna.
Surcar los mares y atravesar las nubes
Como ha ocurrido con numerosos autores literarios, con Julio Verne a la cabeza, su interés por la ciencia y la innovación han dado lugar a proyecciones de ficción que más tarde se convertirían en realidades tecnológicas.
Tal fue el interés de Georges Remi (nombre real de Hergé) por la aviación, que su obra cuenta con la reproducción de más de 47 modelos diferentes de aeroplano, recogidos en una exposición del museo Aeroscopia de Toulouse. Dice Cristian Segura, en un artículo para la sección de Cultura de El País, que “el gran invento aeronáutico de Hergé es el Carreidas C-160, el jet supersónico de Laszlo Carreidas, el magnate de Vuelo 714 para Sídney”. Estaba basado en el Concorde y caza F-111 de General Dynamics.
En El tesoro de Rackham el Rojo Tintín vuelve a la carga para conseguir encontrar el “Unicornio”, un galeón repleto de tesoros. Para esta aventura, con ayuda del profesor Tornasol (del que hablaremos más adelante), se servirán de un submarino con forma de tiburón y, una vez encontrado el tesoro, Tintín utilizará un traje de buceo para explorarlo. Publicado en 1943, para esta historia Hergé se basó en recortes de periódico que tenía sobre los submarinos americanos y en el rescate del buque sueco Vasa, un naufragio real ocurrido en el siglo XVII.
Tintín y los viajes al espacio
Hasta mitad del año en CosmoCaixa (Barcelona), para después pasar a CaixaForum (Sevilla), la exposición ‘Tintín y la Luna, 50 años de la primera misión tripulada‘ enlaza el cómic de Tintín con el capítulo real de la Historia cuando, en 1969, el astronauta Neil Armstrong fue el primer hombre en pisar la Luna. El personaje de Hergé se adelantó 17 años (Aterrizaje, la Luna, 1952) en poner sus pies sobre el único satélite natural terrestre.
Precisamente, la relación establecida entre cómic, imaginación, tecnología y ciencia, puede verse todavía hoy reflejada en importantes proyectos. Tanto es así, que Elon Musk, el magnate sudafricano CEO de SpaceX y Tesla, reveló en Twitter que se había basado en los diseños de Hergé para conceptuar el que será su próximo lanzamiento: una nave espacial de nueva generación.
Además, como recoge José Manuel Sánchez Ron en un artículo para El Cultural, Hergé reflejó en sus cómics su pasión por la ciencia, tangible en muchas de sus historias. Muchas de las invenciones están centradas en el personaje del Profesor Tornasol, una especie de genio científico que pone en práctica tanto teorías como principios básicos y que estaba basado en el físico, inventor, aeronauta y oceanógrafo suizo August Piccard.