En los últimos años, los coches han incorporado un sinfín de tecnologías para la seguridad activa. Es decir, que son vehículos dotados de sistemas o mecanismos con los que se intenta evitar un accidente de tráfico (por ejemplo, el asistente en el mantenimiento de carril o el de ángulo muerto, el reconocimiento de señales de tráfico o el freno de emergencia). Por el contrario, elementos de seguridad pasiva están destinados a reducir los daños a las personas cuando el accidente resulta inevitable (cinturones de seguridad, airbags, reposacabezas…). Así, los coches hoy son más seguros que nunca.
Según un estudio elaborado por Partnership for Analytics Research in Traffic Safety (PARTS), las funciones de seguridad activa reducen drásticamente el riesgo de choque (un 49%) y el de sufrir lesiones (un 53%). El informe resalta, sobre todo, dos sistemas: la alerta de colisión frontal y el frenado de emergencia. Este último, en el que Volvo es el fabricante pionero (lo lanzó en 2008 con el Volvo XC60 SUV), también se conoce como frenado autónomo de emergencia (AEB o Autonomous Emergency Braking) o City Safety (nombre comercial en los vehículos de Volvo).
¿Por qué es importante tener un freno de emergencia en un vehículo?
El sistema de frenado de emergencia AEB se ha impuesto en la mayoría de los coches como estándar. Su fin es evitar o mitigar colisiones. Se activa cuando detecta riesgo de choque: primero avisa al conductor mediante señales sonoras y visuales y si este no reacciona, entonces aumenta la potencia de frenado de forma automática. De esta manera, sin que intervenga el conductor, el coche se adelanta al peligro inminente.
Cómo funciona el freno de emergencia en un vehículo
Para detectar una maniobra inesperada y poder frenar, el vehículo está dotado de una cámara de vídeo situada en la parte superior del parabrisas, sensores, un radar o un LiDAR (detecta todo lo que pasa por delante captando su posición, distancia y movimiento) y una unidad central de control que recoge los datos proporcionados por los dos anteriores y actúa en base a ellos tras evaluar el riesgo.
Pese a sus demostrados beneficios, los sistemas de frenado AEB tampoco son infalibles. A veces ni siquiera este avanzado freno de emergencia autónomo es capaz de impedir la colisión. Puede pasar, por ejemplo, que la cámara se ensucie, que la meteorología sea adversa o que la vía esté en mal estado. Por lo tanto, el conductor siempre debe estar alerta.
Tipos de frenos de emergencia disponibles en el mercado
Junto con el sistema de frenado automático de emergencia que advierte de colisiones frontales, también existen otros tipos:
- Frenado automático de emergencia con detección de peatones (AEB-ped): este sistema de frenado es capaz de detectar colisiones con peatones o ciclistas.
- Frenado de emergencia automático trasero (AEB-trasero): detecta colisiones y aplica la frenada de emergencia cuando el vehículo va marcha atrás.
- AEB de baja velocidad (AEB Urbano): sistema AEB para entornos urbanos que solo funciona a velocidades inferiores a 50 km/h.
- AEB de alta velocidad (AEB Interurbano): orientado a la circulación por carretera, se activa a velocidades superiores a los 50 km/h.<(li>
AEB y FCW: en qué se diferencian
Tal vez te suenen las siglas FCW y las relaciones con evitar colisiones. Y estás bien encaminado: se refieren a Forward Collision Warning y se trata de un sistema que advierte de una posible colisión al conductor. Sin embargo, a diferencia del sistema de frenado AEB, el FCW no interviene, solamente lanza un aviso para ayudar al conductor a reaccionar a tiempo.
El freno de emergencia AEB es uno de los sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS). Desde 2022, todos los nuevos vehículos matriculados en el Unión Europea lo llevan integrado de forma obligatoria junto con otros cuatro sistemas ADAS: asistente de mantenimiento de carril (ELKS), asistente de parada de emergencia, detector de fatiga y distracciones y asistente de velocidad inteligente (ISA).