El sueño de construir edificios que se autoabastezcan de energía ya es una realidad. Utilizando la teoría del desarrollo positivo, es posible diseñar y construir edificios que devuelvan a la naturaleza y a la sociedad más de lo que han necesitado para su construcción, tomando como referencia su ciclo de vida. Esto es muy importante, porque supone que todos los recursos y energía empleados en levantar un edificio se reembolsarán con creces. En Noruega está en marcha el proyecto de edificio más sostenible de esas latitudes.
Este proyecto de edificio de oficinas situado en la ciudad de Porsgrunn tiene una forma muy singular. La estructura en forma de diamante de este edificio de 11 plantas está pensada para captar el máximo de energía solar posible. Además, dispone en su cara norte de un muro verde, pensado para promocionar la sostenibilidad y servir de expositor para proyectos artísticos. El tejado, inclinado hacia el sur, está plagado de células fotovoltaicas para capturar esa energía solar, y la orientación e inclinación se pensaron para maximizar esa exposición a los rayos del sol.
En la base del edificio existen pozos de refrigeración y también de calefacción que no producen emisiones contaminantes, siendo una solución renovable y sostenible al problema de la climatización.
“La combinación de un rendimiento energético extremo y un clima interior favorable, bajo impacto ambiental y soluciones robustas en términos comerciales requiere un enfoque diferente que en la mayoría de los proyectos de construcción tradicionales. Los edificios que producen la misma o una mayor cantidad de energía de la que consumen podrían ser una contribución importante a la reducción del consumo global de energía y, en consecuencia, también a las emisiones de gases de efecto invernadero“, dice Kim Robert Lisø, Director de Innovación de Skanska y Director General de Powerhouse.
La idea es que este edificio sirva de ejemplo para el resto del mundo. El rendimiento de energía positivo se estima que se alcanzará con un ciclo de vida de 60 años. El coste del proyecto se cifra en 17 millones de dólares, y está planificado que se termine de construir en 2019.
Vía | Archdaily