Sociedad, gobiernos e instituciones cada vez están más involucrados en reducir el impacto ecológico de nuestra forma de vida. Por todo ello, os hemos ido contando cómo ciertas ciudades toman decisiones para hacer más “verdes” sus calles.
Las ciudades del Norte de Europa parecen dirigir esta “revolución sostenible”: hoy os hablamos del caso de Copenhague, que quiere conseguir, para 2025, el título de ciudad neutral en cuanto a emisiones de carbono se refiere.
Cambiar la dirección de una ciudad para hacerla más sostenible
Copenhague, la capital de Dinamarca, cuenta con más de 600.000 habitantes (casi 2 millones si contamos con el área metropolitana), y una conciencia sostenible que les coloca a la cabeza de esta transformación ecológica.
Muchas ciudades quieren reducir la llamada “huella de carbono” (es decir, sus emisiones contaminantes) y, para ello, se han propuesto conseguirlo entre las décadas de 2030 y 2050. Sin embargo, Copenhague quiere pisar el acelerador del cambio, y convertirse en una de las ciudades más saludables para el año 2025.
Para recortar las emisiones se lleva potenciando desde hace muchos años la adopción de la bicicleta como transporte personal, así como la reducción radical de las emisiones contaminantes (hasta ahora un 42%). En palabras del alcalde de Copenhague, Frank Jensen, “esta es la mejor ruta hacia delante, porque crea mejores espacios, un aire más limpio, menos ruidos y una ciudad más saludable”.
Uno de los grandes métodos para conseguir este fin es mejorar el transporte. El ejemplo más claro es el del barrio de Nordhavn, que se está transformando en distrito sostenible. De forma anticipada a la llegada de una nueva estación de metro, todas las facilidades para el ciudadano se están desarrollando, de tal forma, que sea más cómodo moverse a pie, en bici o en transporte público.
Copenhague, ciudad neutral en emisiones para 2025
El término carbon-neutral que utilizan los anglosajones, se traduce al castellano como “neutralidad de carbono” o “huella de emisiones cero“. Se refiere directamente a que las emisiones contaminantes de dióxido de carbono que genera una ciudad, se compensan mediante otras estrategias (principalmente mediante vía natural de asimilación por plantas).
Otra de las vías principales tomadas por la ciudad de Copenhague es la restricción de coches contaminantes. Por ejemplo, este año se ha restringido el tráfico a la zona central de la ciudad de coches diésel, como hemos podido ver en España, tanto en Madrid como en Barcelona.
La potenciación del uso de vehículos eléctricos va de la mano del tradicional transporte en bicicleta, propio de estos países. Pero el cambio hacia la movilidad sostenible es solo una parte de la utilización de energías renovables, ya que la ciudad se alimenta en parte por 62 turbinas de energía eólica y una nueva planta energética transforma residuos de la propia ciudad en calor y electricidad.
