¿A qué voltaje trabajan los coches eléctricos?

Si eres lector habitual, es muy probable que ya sepas que Volvo comercializa dos modelos de coches eléctricos: el Volvo XC40 recharge pure electric, que también está disponible en versión híbrido enchufable, y el Volvo C40 recharge. Pero, ¿sabes qué es y cómo funciona un coche eléctrico?

Empecemos por el principio. No es exactamente lo mismo un coche eléctrico que un coche electrificado. Nos referimos con coche eléctrico a aquel que es “100% eléctrico” o “eléctrico puro”. Es decir, un coche en el que hay uno o más motores eléctricos que hacen girar las ruedas, y que utilizan para ello solamente energía eléctrica acumulada en una batería recargable.

Un coche electrificado es un concepto más amplio que engloba a los coches eléctricos, pero también a otras variantes que incorporan en menor o mayor medida la electricidad (ya sea un coche híbrido eléctrico, un coche híbrido enchufable, un coche eléctrico de rango extendido o un coche 100% eléctrico).

Cómo funciona un coche eléctrico

Como decíamos antes, en un coche eléctrico, el motor eléctrico recurre a la energía eléctrica almacenada en una batería recargable, para poder funcionar. Esta es la batería de tracción, y no se debe confundir con la batería auxiliar de servicio, o de equipamientos, de 12 Voltios de tensión, mucho más pequeña. Esta es muy similar a la batería de cualquier otro coche convencional con motor de combustión (la que alimenta, por ejemplo, los faros, la radio, o la iluminación interior del habitáculo).

Para empezar, la batería de tracción es mucho más grande, voluminosa y pesada, para poder tener una capacidad de almacenamiento de energía eléctrica también mucho mayor. Esta capacidad es acorde al consumo que tendrá el coche al circular, de modo que se pueda conseguir una autonomía, o rango, de varios cientos de kilómetros. Por ejemplo, en el caso del Volvo CX40 Recharge eléctrico puro, la batería tiene una capacidad de 78 kWh y se consigue una autonomía combinada en ciclo de homologación WLTP de 418 kilómetros.

Esta batería se puede recargar de dos maneras diferentes. Primero mediante la frenada regenerativa (lo que a veces se ha llamado también como “autorrecarga”). Al reducir la velocidad o frenar, el motor actúa como un generador de energía eléctrica, y a la vez que retiene el avance del coche y lo frena, sin necesidad de los frenos hidráulicos tradicionales, se recarga ligeramente la batería.

La segunda manera de recargar la batería es conectando el coche a una toma de corriente. Es como cuando queremos recargar un teléfono o un ordenador portátil: lo enchufamos, comienza a recargarse y después de unas horas se habrá recargado por completo. Para los coches eléctricos lo mejor es utilizar un punto de recarga mural, o wallbox [Wallbox | Volvo Cars], que cuenta con un conector de carga específico, y permite recarga a mayor potencia, y velocidad, que en un enchufe convencional doméstico.

Hay que tener presente que al enchufar el coche para recargarlo, la electricidad que llega a través de la toma de corriente es corriente alterna. Sin embargo, la energía eléctrica que acumula la batería es es corriente continua.

Por eso es necesario que los coches eléctricos cuenten con un cargador de abordo, que hace las veces de transformador y, entre otras cosas, convierte la corriente alterna del enchufe en corriente continua para la batería.

360 a 400 V es la tensión más habitual en los coches eléctricos

El motor eléctrico es una máquina eléctrica que utiliza la electricidad para realizar un trabajo: hacer girar las ruedas, y que el coche se desplace. Para ello transforma la energía eléctrica en energía mecánica (movimiento). El giro del motor no llega directamente a las ruedas, sino a través de una transmisión reductora (pues el motor eléctrico puede girar a 8.000 e incluso 10.000 rpm).

La mayoría de los motores eléctricos son de corriente alterna, y por eso es necesario que entre la batería y el motor intervenga un dispositivo denominado inversor, que además de modificar el voltaje, nuevamente vuelve a transformar la corriente continua de la batería, en corriente alterna para el motor.

En general, la mayoría de los coches eléctricos operan con tensiones de alrededor de los 360 a 400 Voltios (aunque hay, minoritariamente, algunos modelos de alta potencia y velocidad de recarga, que pueden operar a tensiones aún mayores de alrededor de 800 Voltios). Para que te hagas una idea, la tensión de la corriente en tu casa es de 230 V (corriente monofásica), y en edificios e instalaciones industriales de mayor consumo es de 380 a 400 V (corriente trifásica).