Los Países Nórdicos destacan por el bajo número de accidentes de tráfico que se producen en sus carreteras y ciudades. Suelen ocupar lugares al final de las tablas de siniestralidad vial, en contraposición con otros de los más avanzados como Estados Unidos o países europeos como Portugal, Polonia o Italia. España curiosamente está incluso mejor situada que Finlandia o Islandia, aunque pocos hay que mejoren las cifrase de Noruega, Dinamarca o Suecia.
Ideas para una circulación más segura
La revista Bloomberg se preguntaba cómo consiguen países como Finlandia reducir la cantidad de accidentes, especialmente cuando son países donde la nieve cubre las calles y carreteras durante buena parte del año. Examinando algunas cuestiones, y las normas y recomendaciones de seguridad al volante de Noruega y el resto de estos países, se pueden extraer algunas buenas ideas:
- Los límites de velocidad son más bajos que en otros países. 110 km/h en autovías y autopistas en Noruega, con 80 km/h en carreteras y 50 km/h en ciudad, aunque las zonas residenciales tienen un límite especial de 30 km/h. Esto coincide con los límites marcados por la DGT en España: 30 km/h en todas las calles de ciudad excepto en las de dos carriles donde es 50 km/h.
- Calles más estrechas. Aunque parezca algo psicológico, está comprobado que reducir un poco el ancho de las calzadas o de los carriles en las grandes vías también ayuda. En Finlandia por ejemplo oscilan entre los 3,2 metros y los 3,5 metros; en España es también 3,5 metros, pero en Estados Unidos lo normal son 3,7 metros. Quizá sea porque allí también los coches son más voluminosos. Pero un coche más grande no ayuda necesariamente a reducir los siniestros; en cambio que los coches pasen «estrecheces» o que las calles estén flanqueadas por árboles parece que sí.
- Más cámaras y más multas. En Helsinki y otras ciudades de los Países Nórdicos suele haber cámaras-radar de velocidad, que reparten multas de 200 euros a diestro y siniestro a quienes sobrepasan en 20 km/h el límite marcado (funcionan aleatoriamente pero están por toda la ciudad, aunque nadie sabe cuáles están activadas en cada momento). Algo especialmente llamativo es que en Finlandia las multas son proporcionales a los ingresos de la persona que ha cometido la infracción (todavía se recuerda el caso de hace dos décadas del ejecutivo millonario de Nokia que tuvo que pagar más de 100.000 euros por exceso de velocidad).
- Luces encendidas todo el tiempo. En Noruega es obligatorio llevar siempre las luces cortas o de cruce encendidas, ya sea de noche o de día, incluso aunque no haya niebla y la visibilidad sea perfecta.
- Teléfonos móviles: prohibido tocarlos. A diferencia de otros países como Estados Unidos, donde parecen más laxos respecto al uso de gadgets, en los Países Nórdicos, y también en España, está prohibido llevar el teléfono móvil en la mano o manipularlo mientras se conduce. Si se utiliza como sistema de navegación hay que programarlo antes de salir y llevarlo de forma segura en el salpicadero. Tan sólo se puede usar mediante comandos de voz. Esto evita los despistes que tantos accidentes producen; a quien le pillen con un teléfono, multa por distracción al volante.
- Más y mejores investigaciones sobre las causas de los accidentes. Otra característica común de las autoridades en los Países Nórdicos es dedicar muchos recursos a la investigación de los accidentes. En vez de suponer que puede haberse tratado de un «fallo humano», un equipo forense comprueban todas las pruebas meticulosamente. Esto en ocasiones lleva a mejorar la señalización o incluso el trazado de la vía cuando se descubre un problema grave.
Más seguridad, menos accidentes
Como puede verse, muchas de estas mediadas están también implantadas en España, lo cual sin duda ayuda a que estemos en esa privilegiada lista de menos accidentes fatales por habitante. De hecho en los últimos años se ha reducido la mortalidad vial en un 80%, una reducción impresionante que todavía tiene margen de mejora.
Además de esto, en los Países Nórdicos se probó también una de las ideas más locas e interesantes. Fue hace una década, en Suecia, y la llamaron La lotería de la cámara de tráfico. El concepto era premiar a quienes cumplieran las normas –lo contrario a las multas– respetando la velocidad límite de 30 km/h en la ciudad. Se tomaban fotos de las matrículas y se anotaba la velocidad a la que circulaban; todos los respetuosos entraban en un sorteo de unos cuantos miles de coronas suecas. ¿El resultado? la velocidad media antes del experimento era de 32 Km/h y bajó a 25 Km/h. Por desgracia era solo una idea para un concurso y no algo práctico que se pudiera mantener en el tiempo –incluso aunque se pagara a los ganadores con las multas de los infractores, que hubiera sido una especie de justicia social– así que… habrá que seguir usando fórmulas más tradicionales.
Fotos | (CC) Sacha T’Sas, Gabriel Alenius @ Unsplash.
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