El Volvo EX30 se caracteriza, principalmente, por ser un SUV pequeño y totalmente eléctrico. Tanto su tamaño como la ausencia de emisiones contaminantes al moverse son dos de las razones que propician una gran reducción en su huella de carbono. Pero no son las únicas. Para conseguir algo así es necesario un enfoque mucho más global, un trabajo por la sostenibilidad que va, como dicen en inglés, cradle-to-gate. Es decir: de la cuna a la puerta.
El resultado es el vehículo más sostenible de Volvo hasta el momento, con una huella de CO₂ un 75% más pequeña que los actuales modelos eléctricos de la marca. Un coche, por su tamaño, eminentemente urbano, que además hace una gran apuesta por la seguridad, por la tecnología de vanguardia y por el diseño escandinavo más elegante.
EX30, la apuesta por el vehículo eléctrico es ya imparable
El Volvo EX30 es ya el cuarto vehículo eléctrico puro que presenta Volvo, y el tercero que ya solo se fabrica en esta versión, tras el Volvo C40 Recharge y el Volvo EX90. Esta apuesta es coherente con los propósitos de la marca, que ya hace tiempo anunció que en el año 2030 su catálogo estará íntegramente formado por coches 100% eléctricos.
Esto tiene una repercusión directa en la disminución de la huella de CO₂, ya que son vehículos libres de emisiones de escape. Una consecuencia a corto plazo del aumento de los coches eléctricos es la mejora en la calidad del aire. Un estudio de la Universidad del Sur de California detectó una disminución de las visitas a urgencias causadas por el asma, asociada a pequeños incrementos en el uso del vehículo eléctrico.
Materiales sostenibles en el EX30: reciclados y reciclables
Además del motor que mueve el Volvo EX30, la elección de los materiales juega un importante papel en la reducción de la huella de carbono de este vehículo. Hay que tener en cuenta que en el proceso de producción el aluminio y el acero contribuyen en alto grado a las emisiones de CO₂.
En el Volvo EX30 los materiales con los que está construido son reciclados y reciclables en la medida de lo posible. El 25% del aluminio y el 17% del acero proceden del reciclaje. Además, al tratarse de un vehículo más pequeño se utiliza menos cantidad de ambos materiales en su fabricación.
Sucede algo similar con el material plástico, tanto de los componentes interiores como de los paragolpes exteriores: el 17% está hecho a partir de plástico reciclado. Al final de la vida útil del Volvo EX30 se recuperará un 95% del vehículo, reciclando gran parte de los materiales y aprovechando la energía de lo que no pueda reutilizarse.
EX30, disminuyendo la huella de CO₂
Se ha afrontado de forma global el problema de las emisiones tanto durante la fabricación del vehículo como durante su ciclo de vida útil. Además de la electrificación, se ha trabajado para reducir las emisiones en las fases de diseño, desarrollo, fabricación y transporte.
En la cadena de fabricación y suministro se utiliza energía limpia. Y también se ha conseguido que la gran mayoría de los proveedores se comprometan a hacer lo mismo antes de 2025. Como resultado de todos estos esfuerzos, se puede afirmar que el nuevo Volvo EX30 tiene una huella de CO₂ inferior a la de cualquier otro vehículo que Volvo fabricado hasta ahora.
Este enfoque integral ha logrado que se reduzca la huella de carbono del Volvo EX30 por debajo de las 30 toneladas tras una vida útil de 200.000 km. Esta disminución supone un 25% menos de emisiones si lo comparamos con los modelos Volvo C40 y Volvo XC40 totalmente eléctricos. Es un paso firme hacia un objetivo aún más ambicioso: reducir en un 40% las emisiones totales de CO₂ en cada vehículo de Volvo para el 2025, en comparación con las cifras de 2018.
Ya no hay que esperar demasiado. Está disponible para configurarlo y pedirlo en los mercados que han sido seleccionados.