La producción de alimentos será uno de los caballos de batalla del futuro, y no solo en la Tierra sino también en el espacio. Sin salir de nuestro planeta tendremos un serio problema para alimentar a toda la población mundial que, al ritmo de crecimiento estimado, será de más de 9.000 millones de personas en 2050.
Por ello, las soluciones imaginativas y altamente productivas como esta granja de lechugas son tan interesantes. Es una solución realizada en Japón y puede producir 10 millones de plantas de lechuga cada año en un volumen muy reducido y, más importante aún, sin necesidad de sustrato, luz solar o incluso un agricultor que atienda los cultivos.
Granjas verticales llevadas al extremo hiperproductivo
La superficie cultivable es el principal limitante para la producción de alimento mediante técnicas de cultivo tradicionales.
Las granjas verticales son una solución a un problema común y conocido: si queremos aumentar la producción vegetal de manera tradicional necesitaremos cada vez más suelo, y este se convierte en la limitación principal. Con una granja vertical se consigue multiplicar la producción para la misma cantidad de “suelo base”, simplemente apilando pisos productivos en los que crecen las plantas mediante aeroponía (plantas en un entorno aéreo o de “niebla” sin hacer uso de suelo) o hidroponía (cultivo de plantas usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola).
Mediante estas técnicas se consigue un cultivo muy productivo y eficiente con necesidades mínimas de agua, y las granjas verticales suelen disponer de control artificial de la luz, control medioambiental (humedad, temperatura, gases) y lo que se conoce en inglés como fertigation, que es la fertilización a través del sistema de irrigación. Se llega a conseguir una “estación” permanente para el cultivo, y de esta forma (y volviendo a las lechugas) es posible disponer de alimento fresco independientemente de la época del año.
Las ventajas de esto son muy importantes:
- Cultivo y recolección continuos todo el año.
- Productos frescos en la cercanía (sin necesidad de importar el alimento).
- Se elimina el riesgo de que un cultivo se eche a perder por mal tiempo (o una tormenta inesperada).
- Se previene la pérdida de cultivos por plagas o enfermedad.
- Se hace un uso más eficiente del agua.
Por contra, una desventaja del uso masivo de este tipo de granjas o, más bien, un problema de viabilidad para granjas verticales masivas es que se requieren cantidades muy grandes de energía, proporcionalmente mayores cuanto más alta sea la granja. Pero ya existen instalaciones capaces de producir hasta 10.000 plantas de lechuga diarias, aunque no pueden competir con la protagonista de este artículo.
La ‘fábrica de vegetales’ producirá hasta 30.000 lechugas al día
En un edificio de Kizuwaga, en Kyoto, se espera poder alcanzar la enorme cifra de 30.000 lechugas diarias en 2017 gracias a la automatización total de los procesos entre las fases de siembra y recolección, eliminando la necesidad de mano de obra en esas fases y rebajando los costes de producción de manera drástica.
Esta es la cantidad de agua por lechuga que se necesita en el cultivo tradicional, frente a las nuevas formas de cultivo. En el caso de la “Vegetable Factory” vemos que se habla de 0,11 litros por lechuga, algo que se puede alcanzar por las características del cultivo y los procesos, que permiten reciclar el 98% del agua. Además, la energía necesaria se ha reducido en un 30% gracias a la luz LED optimizada y las condiciones de acondicionamiento de aire especiales. Por si fuera poco, hasta tienen en cuenta la cantidad de “agua virtual” que se puede ahorrar: cuando importamos alimentos, estamos “importando (indirectamente) los recursos hídricos necesarios para hacer crecer esos alimentos”.
De todos modos, la agricultura vertical no pondrá contra las cuerdas a la tradicional. Aunque sí es cierto que para producción local de productos frescos que dejarían de ser objeto de la importación, es una solución ideal y sostenible, no podemos vivir solo de lechugas. Esta idea y sus aplicaciones son interesantes para producir más comida durante todo el año de forma complementaria a la producción tradicional, y sobre todo más cerca de donde será consumida.
Vía | Treehugger