Una empresa finlandesa llamada iFarm está adaptando todo tipo de nuevas tecnologías que se usan habitualmente en otras áreas de la industria, como la visión artificial, el análisis de datos, los drones y la visión artificial, para el cultivo de productos alimentarios en interior. Son las denominadas «granjas verticales», en las que utilizando una superficie reducida en el interior de una nave o edificio (prácticamente el 1% de la superficie de un terreno típico) se pueden cultivar grandes cantidades de frutas, verduras y plantas comestibles, colocándolas en estanterías especialmente iluminadas y controladas.
Si este entorno del futuro parece «un poco marciano» es porque lo hemos visto en series de televisión y películas formando parte de grandes naves espaciales o en escenas de colonización de planetas. Pero aquí el planteamiento es más cercano: el del huerto urbano que se puede instalar en prácticamente cualquier lugar. Además, requiere menos mano de obra: unas 800 horas de mantenimiento / mes por cada 1.000 metros cuadrados de cultivos.
Estas soluciones se caracterizan por ser propuestas sostenibles, automatizadas y «amables con el medio ambiente», otra forma de decir que optimizan el consumo de energía, el volumen de las cosechas y, por otro lado, la calidad y sabor de los productos. Estas son algunas de sus características, como puede verse en el vídeo, más llamativas:
- Las granjas verticales pueden instalarse en cualquier local a partir de 100 metros cuadrados; al tener un diseño modular se puede elegir qué tipo de vegetal se va a cultivar. Los diseños pueden escalarse sin problemas hasta 5.000 metros cuadrados y se construyen en unos 2 ó 3 meses.
- Se utilizan componentes especializados: luces led, humidificadores, reguladores de temperatura y sistemas de riego ya probados y optimizados. Por ejemplo, el consumo de agua es sólo del 10% del de un cultivo típico.
- El hecho de cultivar cerca del lugar del consumo reduce las emisiones debidas al transporte por carretera y al hacerlo en un entorno más limpio también reduce el uso de pesticidas.
- El sistema funciona 24 horas al día todos los días del año; esto permite que algunos cultivos (como los vegetales de las ensaladas) produzcan hasta 12 cosechas al año, con cantidades nada desdeñables: unos 4 kg por metro cuadrado.
- Un sistema de cámaras controla el crecimiento de las plantas, de modo que se puede saber en qué punto de crecimiento están exactamente. Además de eso, un pequeño dron volador, también equipado con una cámara, puede «hacer la ronda» tomando datos de diferentes secciones de la granja de interior para informar en caso de problemas.
La parte más interesante es quizá el software que controla todo esto, llamado GrowTune.
Esta especie de «iTunes de agricultura» permite elegir las «recetas» de cultivo para los diferentes tipos de plantas, ya sean verduras, frutas o flores comestibles. Actualmente ya cuenta con 200 recetas, desde fresas a pepinos, lechugas o broccoli. De modo que basta elegir y recibir las instrucciones paso a paso para cultivar.
El detalle más llamativo es quizá que –al igual que sucede con algunos sistemas de rutas y de conducción autónoma en los vehículos inteligentes– todo lo que aprenden los expertos puede mejorar ese software de control. De este modo, una actualización del software GrowTune a partir de los datos de un laboratorio o de un huerto que haya probado a cultivar nuevos productos puede mejorar repentinamente las cosechas de todas las instalaciones, igual que todos los coches aprenden nuevas rutas cuando los mapas se ponen al día o los teléfonos añaden funciones con cada actualización del sistema que les llega.
Respecto al importante tema del consumo de energía, las granjas verticales comienzan con un planteamiento claro: un buen aislamiento de alta calidad con el que se necesite la mínima cantidad de electricidad para mantener los 20ºC que es la temperatura habitual para los cultivos. Un sistema automatizado controla y regula el aire acondicionado y los humidificadores para mantener esos 20ºC, a lo que ayuda el uso de luces led especiales de bajo consumo. En total, se consumen unos 65 kWh al mes por cada metro cuadrado (funcionando 24/7).
En la actualidad las instalaciones de iFarm están funcionando en 16 países y totalizan unos 31.000 metros cuadrados de superficie, sobre los que se han instalado estas granjas del futuro. Una alternativa prometedora y respetuosa tanto con el medio ambiente como con la calidad de los productos que llegan a nuestras mesas, especialmente si se combina con otras formas limpias de suministro eléctrico y de envío y recogida de los productos que minimicen la huella de carbono.
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