Si hablamos de un gadget que nos permitiría mover objetos con la mente, cualquiera pensaría inmediatamente que, o bien hablamos de ciencia ficción, o bien estamos exagerando y siendo muy inexactos. Y no le faltaría razón, porque eso es algo que hoy en día no es posible conseguir. Sin embargo, sí que se empieza a apostar fuerte por los brainwear como el futuro del control de las ondas cerebrales para interactuar con objetos, y también para entrenar nuestra mente. No es telequinesia, claro, pero podría suponer un avance enorme en muchos campos de aplicación.
En el CES 2017 se ha presentado una versión temprana de brainwear, una cinta que se coloca en la cabeza y que registra la actividad cerebral. El objetivo principal de este dispositivo no es mover cosas con la mente, sino el entrenar el “neurofeedback“. Las aplicaciones como por ejemplo encender una luz en casa o mover un gadget a distancia pueden tener interés, sobre todo para personas con discapacidad, pero las posibilidades del neurofeedback son sorprendentes.
You excersize your muscles – why not your brainwaves? At #CES2017 booth 40715, ask @BrainCo_Tech about putting #neurofeedback in YOUR hands. pic.twitter.com/UvzYINH5QW
— BrainCo (@BrainCo_Tech) 8 de enero de 2017
Este entrenamiento consiste en la manipulación consciente de la actividad de las ondas cerebrales para conseguir estimular el cerebro en la dirección correcta. Se puede pensar como una manera de interpretar la actividad cerebral, corregirla para evitar algún desorden y mostrársela corregida al cerebro para entrenarlo adecuadamente. El neurofeedback no es algo nuevo, sino que ha estado durante mucho tiempo bajo el control de profesionales médicos que tratan a pacientes con ansiedad, depresión, trastornos del sueño y trastornos de déficit de atención.
La novedad es el dispositivo que presenta BrainCo, la startup tecnológica que lidera Bicheng Han. Quizás sus argumentos sobre cómo se puede “amplificar la capacidad del cerebro” de manera similar a como se puede entrenar el corazón o los músculos nos suenen de cuando analizamos Halo Sport (aquél supuesto neurodoping), y de hecho haríamos bien en mantener el escepticismo sobre estos nuevos dispositivos que prometen “mejorar” el cerebro.
La tendencia está ahí, y múltiples startups investigan en esta área tecnológica para determinar en qué campos es posible hacer avances reales, y en qué otros se produce un efecto placebo. En el CES se habló principalmente de neurofeedback (por ejemplo, como terapia para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad), pero otras startups hablan de controlar un dron con la mente, de interactuar con otros dispositivos conectados y temas que, en general, levantan un sano escepticismo.
Ese escepticismo nos pone en alerta, pero también hemos de conceder que sí es posible “leer” las ondas cerebrales, interpretarlas y asociarlas a la actividad cerebral concreta, como mover un pie, un dedo, la mano o actividades similares. La teoría de este brainwear es que traduce la actividad eléctrica en el cerebro (al pensar en encender la luz o cambiar de canal) en cierto código (obviamente no desvelado) que luego se transmite vía WiFi a los dispositivos conectados.
¿El futuro?