La respuesta es muy sencilla: la culpa será a priori del coche con sistema de asistencia a la conducción. Así de sencilla y concreta es la postura oficial de Volvo ante una de las cuestiones más difíciles de responder con total objetividad. Ya contamos la percepción que, también a priori, tienen algunas personas sobre los coches con sistemas de ayuda al conductor: desconfían de ellos, les parecen objetivo de una conducción agresiva e intimidatoria… y en caso de accidente seguro que es por un fallo.
Sabemos que eso no tiene por qué ser así, pero para evitar suspicacias innecesarias, desde Volvo se plantea la máxima de que la responsabilidad es del coche. Esto puede resultar chocante, porque si consideramos un incidente normal de los que suceden a diario en la carretera, la norma no es responsabilizar siempre a un conductor frente al otro. Imaginemos que echamos siempre la culpa al de más edad, o mediante cualquier otro criterio, ¿no sería discriminatorio?
Pero en este caso no cabe la discriminación en el sentido en que la conocemos nosotros. ¿Por qué suponer que la responsabilidad es del vehículo autónomo? La manera en que los coches, con este tipo de sistemas de ayuda a la conducción, se van a comportar ahí fuera es simple: van a poner todo de su parte para evitar los accidentes, y para que el viaje sea lo más seguro y tranquilo posible. Sencillamente, evitarán meterse en problemas. IntelliSafe es el sistema encargado de, no solo guiar al coche, sino de hacerlo con toda la prudencia a su alcance.
La reducción de velocidad no saldrá de la necesidad de frenar ante una emergencia, sino que será una reducción preventiva. Ante vehículos parados por delante del coche autónomo, éste asumirá que ha de reducir su velocidad porque puede surgir un imprevisto (un peatón, o cualquier obstáculo inesperado). No esperará a llegar al lugar en donde se encuentran detenidos los vehículos para reaccionar.
Si se da una situación de adelantamiento a un camión, o a cualquier vehículo, y mientras se efectúa aquél vehículo cambia su trayectoria de manera peligrosa, IntelliSafe ya habrá dejado espacio lateral suficiente y estará preparado para frenar con total seguridad. Esta es la gran característica de IntelliSafe, la anticipación.
Con todo, es imposible asegurar al 100% que un coche autónomo no se verá involucrado en un accidente. Esto puede suceder, no es imposible que haya un fallo, o que se de una situación límite en la que ni siquiera la anticipación y los sensores del coche puedan reaccionar a tiempo. Y también puede ser embestido por otros vehículos. La cuestión es que, sea por la cuestión que sea, la primera responsabilidad es del coche autónomo.
Hay que aclarar que cuando hablamos de responsabilidad, queremos decir responsabilidad legal, no que la culpa de un incidente sea del coche autónomo. Es el fabricante quien se responsabiliza legalmente de las consecuencias que haya que cubrir (daños materiales, por ejemplo, o indemnizaciones), pero siempre habrá un análisis exhaustivo de la escena del incidente, sumado a la inspección de todos los registros de datos que almacena el propio vehículo. Las grabaciones de las cámaras y todos los registros permitirán determinar qué o quién fue la causa del incidente.
Por último, esto significa que al operar en modo 100% autónomo, el conductor y ocupantes no tendrán responsabilidad alguna en el accidente, sea cual sea el veredicto final, pues el vehículo es operado por el software, y no por intervención humana.