La tecnología de reconocimiento visual se utiliza en el mundo del automóvil de muchas formas. Una de ellas es para la supervisión del tráfico, la vigilancia de las carreteras y proporcionar servicios en autopistas y aparcamientos, entre otras cosas. Las cámaras que hay instaladas pueden reconocer los vehículos con cada vez más precisión: de qué tipo es cada coche, camión o moto, las marcas, e incluso las matrículas. Ahora esa misma tecnología va a utilizarse para detectar a los conductores que arrojan basura por la ventanilla, con idea de multarlos por sus incívicas acciones.
La basura en las carreteras, un problema universal
La iniciativa va a ponerse en marcha en el Reino Unido, donde la entidad que gestiona las autopistas tiene previsto arrancar un proyecto piloto con la empresa ECHS –de momento en la A3 de Hampshire– para probar un nuevo sistema basado en cámaras equipadas con inteligencia artificial. Según parece más del 40% de las autopistas han sido calificadas como «sucias» en los últimos informes y el gobierno ha exigido que se limpien mejor. Allí, las multas por arrojar basura pueden llegar a las 100 libras (unos 115 euros), pero aunque llevan años luchando contra esa lacra, el problema no se soluciona. Comparativamente, en España esto mismo está castigado con hasta 500 euros y 6 puntos de carnet.
El problema no es tanto el importe de las multas como que todo el proceso es muy lento: la policía debe deben detener a los coches para entregar la multa o, más normalmente, visualizar horas y horas de vídeo para localizar a los vehículos por otros medios, comprobar sus matrículas, dar con los conductores e introducir las multas manualmente. Es un trabajo que requiere mucho tiempo y medios, algo que el nuevo sistema con IA propone automatizar.
De este modo, el sistema de reconocimiento visual de las cámaras detectaría automáticamente a los vehículos que arrojan basura, tomaría nota de sus matrículas, cruzaría las bases de datos de vehículos, propietarios y conductores y enviaría las notificaciones de multa, sin que fuera necesaria la intervención humana. El sistema puede que no sea perfecto y requiera algo de intervención posterior para ciertos casos o excepciones, pero es mejor y más rápido que el actual.
En 2020 ya se publicó un estudio en el que se analizó el problema a gran escala en el Reino Unido, con datos tan curiosos como que el 75% del volumen de esa basura son envases de bebidas y por tipología el 66% eran colillas de cigarrillos. Como es sabido, especialmente en España, arrojar cigarrillos por la ventanilla supone un gran peligro en zonas en que pueden provocar llamas y causar un incendio; es algo que se recuerda en todas las campañas de concienciación.
Las cámaras que todo lo ven
El uso de estas cámaras en las ciudades y autopistas es cada vez más notorio, especialmente para mejorar la seguridad de la conducción. Se utilizan para detectar infracciones comunes como circular a mayor velocidad de la permitida, saltarse semáforos en rojo o cuando los coches no autorizados entran en ciertas áreas delimitadas, como las «zonas de bajas emisiones» de algunas ciudades.
Otro uso habitual es estudiar los flujos del tráfico: entender mejor la densidad de la circulación y la tipología de los vehículos o alertar cuando se producen incidentes. Estas cámaras, una vez instaladas, pueden tener muchos usos y normalmente están gestionadas por los ayuntamientos. En algunos países hay concesiones para que los gestionen entidades privadas que pueden incluso «ir a comisión» en el caso de las multas (lo cual implica ciertas polémicas) pero este no es el caso en España. Aun así hay quienes ven cierto «afán recaudatorio» en inventos como estas cámaras detectoras de basura, cuando lo que todo el mundo intenta es que las ciudades y carreteras se mantengan limpias.
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