La famosa Regla 11 del fútbol es quizá la más incomprendida y polémica: el fuera de juego. Los aficionados la conocen bien, y saben de lo complicado que resulta juzgarla con precisión: cada semana hay eternas discusiones sobre si un gol fue en fuera de juego o no, si se pitó injustamente o si el jugador estaba un poquito más adelantado o menos cuando le dieron el pase.
Regla 11 del Fútbol – La Regla del Fuera de Juego básicamente dice que un jugador no puede recibir un balón adelantado si no tiene dos adversarios por delante cuando un miembro de su equipo golpea el balón para darle un pase. Ese es el caso más común, pero tiene sus matices: esos dos jugadores suelen ser el portero y un defensor (pero no obligatoriamente, también pueden ser dos defensores); sólo se puede producir en el campo contrario al del atacante (no en el propio) y de cara a definir cómo se mide exactamente la posición los brazos no cuentan y siempre se mide sólo desde el punto más alejado del tronco, cabeza o piernas.
Quizá por todos estos matices, en especial porque el fuera de juego se produce –o no– cuando se envía el pase adelantado, y no cuando se recibe, que sea tan difícil de valorar con precisión, incluso con la ayuda de las cámaras del VAR. Ahora una nueva tecnología, en la que se ha trabajado tres años y que incluyendo algoritmos de inteligencia artificial, puede ayudar a los árbitros a valorarlo con todo detalle; lo han llamado Tecnología Semi Automatizada del Fuera de Juego y se estrenará oficialmente en la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022.
La tecnología tras este invento es una especie de cruce entre la del VAR, el Ojo de Halcón del tenis y otros componentes nuevos, incluyendo algoritmos de IA:
- Un sensor en el centro del balón detecta el golpeo, lo que permite calcular con grandísima precisión el instante preciso en que hay que valorar la posición de fuera de juego. Este sensor actualiza y envía los datos 500 veces por segundo.
- 12 cámaras situadas en el techo del estadio graban todo lo que sucede en alta definición desde posiciones fijas con la perspectiva perfectamente calculada. Estas grabaciones permiten hacer el seguimiento tanto de la posición del balón como de todos los jugadores individualmente y se actualiza 50 veces por segundo.
- De la figura o pose de cada jugador un algoritmo de inteligencia artificial calcula 29 puntos clave, que van desde la cabeza a los pies, e incluyen la cadera, rodillas y los hombros; las axilas son la referencia para el fuera de juego en esa parte del cuerpo.
Cuando se produce una situación de posible fuera de juego se unifican todos los datos del instante preciso en que se golpea el balón. Se calcula la distancia exacta de la parte más cercana del defensor hasta la línea de fondo y lo mismo con el atacante, que es lo que en definitiva definen el fuera de juego. Si el atacante está adelantado, la jugada es inválida; si el atacante está habilitado porque el defensor está más cerca de la meta, la jugada es válida. Todo el proceso es automático y requiere solo un instante; también es mucho más preciso que en la actualidad, donde hay que «tirar las líneas» a mano sobre una reconstrucción 3D del terreno de juego, y donde la perspectiva, posiciones del cuerpo y tomas de las cámaras pueden complicar la evaluación.
El resultado se puede ver en este vídeo oficial: FIFA Semi Automated Offside Technology Animation.
Fuera de juego: cuestión de precisión
La precisión del sistema se ha calculado que está en torno a diez centímetros. Lo cual puede parecer mucho o poco, y seguro que dará lugar a infinidad de polémicas, pero no es tanto como parece en jugadas que transcurren a lo largo de decenas de metros. Hay quien también protestaría si la precisión fuera de un centímetro, o de medio, así que poco más hay que debatir. De hecho, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, considera que entre 10 y 20 cm sería un margen razonable para dar por válida una jugada aunque sea fuera de juego, porque el sentido de la regla es anular la jugada «si se obtiene algún tipo de ventaja» y un centímetro no sería una ventaja significativa. Todo esto han de debatirlo los árbitros antes de que comience la competición para unificar criterios.
Otro detalle interesante del sistema es que resulta mucho más rápido y ágil que la revisión manual, aunque la versión que se va a implementar requiere todavía la confirmación y supervisión de los árbitros humanos. Además de esto, mientras están debatiendo por radio con la sala del VAR, el sistema genera una infografía 3D con los jugadores y las líneas –parecida a la del famoso Ojo de Halcón– que se puede mostrar al árbitro o a los espectadores.
La idea es que sistemas como este –igual que en su día sucediera con el sistema de detección automática de goles (DAG) para evitar el «gol fantasma»– es que se vaya probando e implementando en las diversas competiciones, comenzando por el próximo Mundial, para hacer del juego un espectáculo más justo, ágil y televisivo.
