Existen varios tipos de batería de coche, ya sea para coches tradicionales (con motor de combustión), coches híbridos o coches eléctricos. Una batería de coche sirve para proporcionar energía eléctrica para el momento del arranque, suministrar energía a los sistemas eléctricos (iluminación, climatización, multimedia, ventanillas o limpiaparabrisas, por ejemplo) o para disponer del “combustible” necesario para que circule un coche eléctrico o que un híbrido funcione como debe.
Baterías de celdas húmedas
Son baterías económicas y, por ello, muy comunes y que no requieren mantenimiento. Tienen un ciclo de vida limitado (unos 4 o 5 años, por regla general), y no nos tenemos que preocupar por ellas hasta que se agoten, salvo que sufran una avería o sean defectuosas.
Baterías de calcio
Son baterías también económicas y que tienen una duración algo mayor que las baterías de celdas húmedas. Se diferencian de estas en que las placas en su interior están fabricadas con aleaciones de calcio, que provocan la descarga más lenta de la batería al reducir la cantidad de fluido que se degrada. Si se sobrecargan pueden ser dañadas.
Baterías de tipo VRLA (Valve regulated lead acid)
Son baterías que no tienen pérdidas de fluido ya que disponen de válvulas de seguridad presurizadas en su interior. Se utilizan, sobre todo, en coches híbridos y en vehículos que tienen incorporado un sistema de apagado y encendido automático. Existen dos tipos de baterías VRLA:
- Baterías de gel, en las que el electrolito está gelificado, característica que alarga su vida útil. Soporta muy bien los cambios de temperatura y tiene menos ciclos de carga y descarga. Este tipo de baterías son perfectas para vehículos con exigencias eléctricas altas, pero no son muy recomendables para arrancar el motor.
- Baterías AGM: se conocen como “baterías secas” porque los electrolitos están separados por fibra de vidrio. Esto significa que tiene poca resistencia interna y a la vez permite suministrar mucha potencia con tamaños de batería pequeño, lo que las hace ideales para arrancar el motor.
Baterías de ciclo profundo
Proporcionan energía durante un periodo largo de tiempo, con la contrapartida de que se descargan mucho más rápido. Poseen placas más gruesas que las demás, lo que aumenta su capacidad total. Están indicadas para coches exigentes, como los eléctricos, aunque algún modelo híbrido las ha utilizado. Tienen una vida útil bastante limitada.
Baterías de iones de litio
Son las baterías más comunes de los coches eléctricos y de los híbridos, y no se usan en otro tipo de modelos salvo en los vehículos de muy alta gama. Ligeras, con gran autonomía (y cada vez más) y con un coste unitario bastante elevado.
A día de hoy, las baterías con más futuro y mayor capacidad de mejora son las de los coches eléctricos e híbridos. Aumentar su autonomía e investigar nuevos materiales se ha convertido en una prioridad para tratar de eliminar la barrera de entrada más importante de este tipo de vehículos.
En cuanto a las baterías de coche, las tradicionales, hemos de recordar su vida útil y que, pasado ese tiempo, es posible que nos encontremos un día sin la energía suficiente como para arrancar. Por eso es uno de los puntos clave a revisar antes de realizar un viaje largo en coche.