Volvo celebra 20 años de su tracción total en la nieve, y analizando el futuro

La tracción total mecánica de Volvo cumple estos días 20 años desde que se incluyó por primera vez en un coche de serie, el precioso Volvo 850 (que vemos sobre estas líneas en su espectacular versión T5 R). Este modelo contaba con unas prestaciones soberbias, con su motor de 2,5 litros y 193 CV. A partir de ese modelo, la tracción total se estableció dentro de la marca a partir de modelos como el Volvo V70 de 1997 (basado en el 850) y su versión Cross Country (V70XC).

Ya en la década de 2000, comenzó el desarrollo del programa AWD con el novedoso Volvo XC90, que llevaba un sistema opcional de tracción a las cuatro ruedas Haldex Traction Generation 2 con un motor de gasolina turboalimentado 2.5T. El motor T6 de 3,2 litros venía de serie en los vehículos de tracción a las cuatro ruedas.

¿Qué ventajas tiene la tracción total?

La primera y más evidente es la capacidad de disponer de tracción en cualquiera de las ruedas del coche. Esto hace que en situaciones de firme deslizante podamos controlar la marcha del coche con mayor soltura que si tan solo dispusiéramos de un solo eje con tracción. Los coches con AWD, o con tracción total (conceptos con una sutil diferencia), aceleran mejor en condiciones resbaladizas como lluvia o nieve, y mejoran considerablemente cuando remolcamos.

En el caso de AWD, la rueda con mayor agarre recibe mayor potencia, y en todo momento se maximiza la capacidad de tracción del coche, ya se encuentre en el eje delantero o trasero, y en el lado derecho o izquierdo.

Volvo V90 Cross Country

Como es lógico, en la nieve se ven mejor las bondades de estos sistemas, proporcionando un plus de seguridad para el conductor y no solo en tracción, sino en capacidad de manejo. Gracias a la tracción total, tomar una curva en condiciones deslizantes inspira más confianza al volante, y en todo momento recibimos información de la carretera.

El futuro de la tracción total

Los coches del futuro más inmediato tendrán cada vez más mejoras de un sistema de tracción total que no deja de evolucionar. Recientemente se introdujo la tracción eléctrica en la gama alta de vehículos, y esta es una de las principales bazas para innovar a corto plazo, pues será posible incluso controlar cada rueda y motor eléctrico de manera independiente para llevar las prestaciones de la tracción total a nuevos límites.

La electrificación dará una flexibilidad aún mayor a la tracción a las cuatro ruedas (AWD). Los primeros indicios ya pueden verse en nuestro XC90 T8 Twin Engine, que lleva en el eje trasero un motor eléctrico que acciona las ruedas traseras. A medida que desarrollemos vehículos totalmente eléctricos y otras aplicaciones para motores, veremos cómo se abren nuevas oportunidades para controlar cada motor y cada rueda de forma independiente, según el estado de la calzada o el estilo de conducción deseado. Henrik Green, vicepresidente primero de Investigación y Desarrollo de Volvo Cars.

Además, todos los avances en esta tecnología implican mejoras sustanciales en algunos parámetros que, en conjunto, se situaban del lado de las “contras”, como pueden ser el peso, el aumento de consumo de combustible. Los nuevos sistemas se diseñan para ser más ligeros y eficientes, además de tener mejor respuesta y ofrecer más confianza y comodidad al conductor en cualquier circunstancia.

El sistema “Active On Demand” permite que las cuatro ruedas están siempre acopladas. De esta forma, el par se distribuye a las ruedas traseras en el momento necesario de manera inmediata, sin apenas latencia. Además, este sistema de tracción total es completamente modular, y se utiliza en todos los modelos disponibles.

Galería de fotos: La gama Cross Country de Volvo, en la nieve