En poco más de 15 días, las gasolineras de la Unión Europea y de países como Islandia, Liechtenstein, Noruega, Macedonia, Serbia, Suiza y Turquía verán modificado el etiquetado de los combustibles. Esto significa que no veremos más los rótulos que indican gasolina de 95, ni de 98, ni tampoco diésel. ¿La razón de este cambio? Unificar los combustibles más habituales, introducir más combustibles alternativos y dar un paso más para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles.
¿Cambian los combustibles a partir del 12 de octubre?
Esa es la sensación que puede dar al decir que, a partir de esa fecha, desaparecerá la gasolina de 95, la gasolina de 98 o el diésel. Lo que desaparece es la etiqueta correspondiente para dar lugar a otras que las sustituyen. Serán 10 nuevas etiquetas para 10 combustibles, divididos en tres grupos: uno para gasolinas, otro para gasóleos y otro para combustibles alternativos (gases).
Como vemos, habrá tres denominaciones para las gasolinas, tres para los (bio)diésel y cuatro para los gases. Hemos de tener en cuenta que todos los combustibles de los grupos de gasolina y diésel no son puros, es decir, están mezclados con otras sustancias (etanol en las gasolinas, biodiésel en los gasóleos):
- Gasolinas (etiqueta circular):
- E5: con 5% de etanol.
- E10: con 10% de etanol.
- E85: con 85% de etanol.
- Diésel (etiqueta cuadrada):
- B7: 7% de biodiésel.
- B10: 10% de biodiésel.
- XTL: diésel parafínico.
- Gases (etiqueta romboide):
- H2: Hidrógeno.
- CNG: Gas Natural Comprimido.
- LPG: Gas Licuado de Petróleo.
- LNG: Gas Natural Licuado.
Estas mezclas son ya habituales. Es decir, existen ya gasolinas y diésel con porcentajes de etanol o de biodiésel. Lo único que sucede a partir del 12 de octubre es que esa proporción se constatará con la etiqueta. Eso sí, como conductores debemos saber las correspondencias, es decir, con qué combustible repostar nuestro coche.
En teoría, un motor de gasolina funcionaría con más eficiencia y sin problemas añadiendo un 20% de etanol a la gasolina, por tanto podremos repostar sin problemas E5 o E10. El E85 es otro cantar, y solo los vehículos que lo especifiquen en el manual (y en la tapa del depósito, para todos los fabricados después del 12 de octubre) podrán utilizarlo.
En el caso diésel, cualquier cantidad de biodiésel hasta el 10% es perfectamente utilizable en coches sin límite de edad. Es decir, no tienen por qué ser coches nuevos. Por tanto, la gran mayoría de vehículos diésel repostarán B7 o B10 sin ningún problema.
A la hora de introducir las etiquetas está previsto un período de tiempo indefinido para que convivan ambas denominaciones. El objetivo es que todos los conductores se habitúen a la nueva nomenclatura y que no se dé una transición demasiado abrupta.
Es de suponer que, progresivamente, los combustibles incorporarán una mayor proporción de etanol y biodiésel, de manera que se reduzca poco a poco la dependencia con el petróleo en Europa. No parece fácil ni esperable reducirla completamente en el caso de las gasolinas y diésel, pero no nos olvidemos de los gases (hidrógeno, pero sobre todo el GLP y el GNC).
ES BUENO REDUCIR POCO A POCO LA DEPENDENCIA DEL PETROLEO CON LAS GRANDES PETROLERAS Y INTRODUCIR ETANOL QUE CONTAMINARA MUCHO MENOS Y TODOS GANAMOS POR NUESTRO PLANETA TIERRA