El turbo (turbocompresor o también llamado sobrealimentador) es un dispositivo que mejora la potencia del motor de un automóvil. Al instalarlo se puede utilizar la potencia de los gases de escape para extraer la máxima potencia del motor con la misma cilindrada.
Cómo funciona el turbo
Cuando el motor está funcionando mientras el coche está en marcha, es fundamental aspirar aire para extraer potencia, y un turbo es un elemento importante para aspirar aún más aire.
En los últimos años, los “motores de alta compresión” se han vuelto comunes y hay situaciones en las que se debe aspirar una gran cantidad de aire para mantener una alta potencia de compresión. El turbo es un dispositivo imprescindible para garantizar la potencia de compresión. Consta de cuatro partes principales:
- Turbina: dispositivo que comprime aire. Tiene una forma similar a la de un caracol, y se caracteriza por sus formas tipo “ala” y “molinete”.
- Intercooler: dispositivo que enfría la turbina. Cuando se comprime el aire, su temperatura aumenta y es más probable que se produzcan pérdidas cuando se mezcla con combustible y se quema en el motor. Esta estructura favorece una combustión eficiente al enfriar el aire.
- Tubería: pieza que conecta la turbina y el intercooler.
- Válvula de descarga: dispositivo que libera la alta presión y evita el reflujo para proteger la turbina.
Gracias al mecanismo turbo la turbina aprovecha bien los gases de escape y aspira más aire del exterior.
Un turbocompresor utiliza la potencia de los gases de escape para hacer girar una turbina y enviar más aire al motor, lo que le permite generar más potencia. Por lo tanto, incluso un motor pequeño puede producir tanta potencia como un coche de gran cilindrada.
Cuando el aire de los gases de escape golpea la turbina instalada en el lado del puerto de escape, comienza a girar y la turbina instalada en el lado de admisión funciona en conjunto. Comprime el aire aspirado del exterior para que pueda ser absorbido en grandes cantidades por el motor.
Con este mecanismo, incluso si aumenta la cantidad de combustible (gasolina/diésel) que fluye hacia el motor, la turbina puede comprimirlo y aspirar una gran cantidad de aire, lo que activa la actividad de combustión y contribuye a extraer potencia del motor.
Ventajas de los coches turbo
La gran ventaja de los coches turbo es que tienen potencia incluso con una cilindrada pequeña. Es más, puede producir una potencia comparable a la de un coche equipado con un motor atmosférico de gran cilindrada. En los últimos años, se ha generalizado la dinámica en la que se reduce la cilindrada del motor y se instala un turbo. Su punto fuerte es la mejora de la eficiencia del combustible. Además, las especificaciones del motor de pequeña cilindrada ayudan a reducir la carga del impuesto sobre los automóviles, cuyo importe está determinado por la cilindrada.
Desventajas de los coches turbo
La desventaja de los coches turbo es la sensación directa de aceleración. Los turbos tienen una debilidad llamada “retraso de tiempo”, lo que significa que la potencia tarda un tiempo en comenzar a salir después de pisar el acelerador mientras se conduce.
Dado que el sistema utiliza los gases de escape del automóvil para hacer girar la turbina y extraer energía, la aceleración a bajas velocidades tiende a ser deficiente en situaciones en las que hay pocos gases de escape porque la turbina no gira.
Los motores de pequeña cilindrada equipados con un turbo se han generalizado en Europa. Aunque hay personas que prefieren los motores sin este mecanismo por su fuerte respuesta del acelerador.