Muchos cascos para ciclista utilizan como aislante y protector de impactos un material muy conocido y común llamado styrofoam, poliestireno expandido o también poliestireno extruido. El styrofoam está fabricado a partir de plástico de tipo poliestireno, el cual se mezcla con gas para que se formen las características burbujas compactas.
Ese tratamiento es el que da al styrofoam su aspecto granuloso y también lo hace muy ligero. A la vez, le otorga sus propiedades como efectivo aislante térmico y como elemento absorbente de golpes e impactos. Estas características lo convierten en un material muy adecuado para usar en la construcción, en la fabricación de embalajes para alimentación y para el transporte de objetos frágiles, entre otros. También como acolchado en los cascos para ciclistas.
Sin embargo, el poliestireno es un derivado del petróleo y el styrofoam es un plástico. Por tanto se trata de un elemento contaminante, no renovable y a duras penas biodegradable.
Ahora, investigadores suecos del instituto tecnológico KTH han desarrollado un sustituto para el styrofoam que, conservando su capacidad para aislar y absorber pequeños impactos, está basado únicamente en elementos naturales procedentes de la madera. Según el profesor Lars Wågberg se trata de recursos “totalmente renovables porque se obtienen del bosque” y, por tanto. son además completamente biodegradable.
El nuevo material se ha bautizado como cellufoam y el principio de obtención es similar al del styrofoam; en este caso en lugar de plástico y gas la firma Cellutech, localizada en Estocolmo, utiliza nanofibras de celulosa, fibril, agua y aire.
De hecho, como ejercicio de demostración, Cellutech ha fabricado un casco que únicamente emplea elementos procedentes de la madera. Aunque los cascos de madera no son una novedad en sí mismos, en este caso el mérito está en que la totalidad del casco emplea elementos renovables procedentes de la madera: además de la estructura y del aislante interior, el cellufoam, incluso las cintas para sujetar el casco están fabricadas con papel extrafuerte, con tiras de celulosa. Hasta el cierre de las correas está hecho con madera.
Según los investigadores, el cellufoam tiene muchas posibilidades de convertirse en una alternativa viable y sostenible al poliestireno, con iguales aplicaciones como aislante en la construcción, como retardante del fuego y en la fabricación de embalajes y materiales absorbentes, entre otras posibilidades.
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