Esta pequeña cabaña diseñada por la arquitecta Carly Coulson tiene la particularidad de que utiliza baja tecnología para integrarse y “desaparecer” en el entorno, a la vez que materializa el concepto de “vivienda triple cero”: cero energía, cero residuos, cero agua. Funciona desconectada de las redes eléctricas, del suministro de agua y del alcantarillado. Coulson lo resume con el término “sostenibilidad invisible”.
Para reunir todas esas virtudes, la construcción prefabricada se basa en los diseños sostenibles y minimalistas. El aspecto de la construcción es sencillo, transparente y está perfectamente integrada con el entorno, desapareciendo en el paisaje en el que sitúa gracias a los reflejos de las fachadas de vidrio, que funcionan a la vez como espejos exteriores y como paneles solares: la fachada del extremo sur es capaz de producir toda la electricidad que puede necesitar la vivienda para suministrar agua caliente, refrigeración y calefacción, cocina por inducción, iluminación con lámparas led, el sistema de agua y el consumo de diversos dispositivos electrónicos, para una persona. A la vez las fachadas de vidrio permiten ver el exterior.
La vivienda proporciona todo lo necesario para que resulte habitable, directamente o con el apoyo de una instalación adicional situada a cierta distancia de la vivienda y que recoge agua de la lluvia y la almacena y cuenta con paneles solares adicionales. Salvo en climas extremos, la vivienda suministra y regula tanto la calefacción como la refrigeración, de forma natural: la cabaña cumple con el estándar de casa pasiva, lo que significa que no utiliza o apenas utiliza energía de ningún tipo para mantener la temperatura adecuada.
En total, la vivienda de 8m2 tiene un consumo máximo del sistema de calefacción de 100 vatios cuando está situada en lugares de frío extremo como el norte de Minnesota gracias a las paredes de vidrio con triple acristalamiento aislante y a la aplicación del sistema de casa pasiva.
Dependiendo de dónde se sitúe la pequeña cabaña se instalan acristalamientos con diferentes grados de aislamiento. El suelo y las fachadas de madera incorporan aislantes por cámara de vacío e incluso aerogel, un material “sólido” similar al gel que tiene extraordinarias propiedades como aislante térmico y que es aire en hasta un 99,8%. Además las cortinas tipo estores de tejido, en el techo y las ventanas, modulan la temperatura, controlan la cantidad de luz y proporciona privacidad adicional.
Vía | Coulson.