Los nuevos coches eléctricos de Volvo Cars llegarán al mercado en pocos meses, aumentando el parque automovilístico eléctrico. Cada vez habrá más de estos vehículos, y menos motores de combustión, por lo que el principal reto de la industria es el de asegurar que existan infraestructuras de recarga suficientes, y que ese proceso de carga sea lo suficientemente rápido. Este último punto es, sin duda, el más crítico desde el punto de vista del usuario de un coche eléctrico, y para lograr una solución adecuada existen varias opciones.
Encontrar puntos de recarga del coche eléctrico con Google Maps
Con respecto a la primera cuestión, la de localizar cómodamente los puntos de recarga, Google Maps se suma a las opciones existentes al incorporar a su buscador información sobre la infraestructura existente. Hasta hace bien poco, la red de recarga eléctrica en España estaba en manos de las compañías eléctricas, que instalaban sus gestores de carga según sus criterios. El problema es que esto acabó siendo un impedimento para un despliegue adecuado de la red, suponiendo un freno a las ventas de estos vehículos.
Ahora, con la eliminación de la figura del gestor de carga por parte del gobierno, se ha liberalizado este mercado y se abre la puerta a que cualquier empresa o particular instale puntos de recarga para vehículos eléctricos, siempre siguiendo todos los estándares y normativas con respecto a la seguridad de las instalaciones, por supuesto.
Con el mercado liberalizado, la información sobre puntos de recarga estará disponible para todo el mundo a través de medios electrónicos, de ahí que aparezcan nuevos actores como Google para proporcionar el servicio de información sobre los puntos de recarga. Es una buena noticia para los ciudadanos, que disponen de más opciones para encontrar estos servicios, pero no soluciona el problema del tiempo de recarga.
¿Recarga rápida, o sustitución de la batería?
La forma más rápida de recargar un vehículo eléctrico es cambiar la batería por una con carga completa. Esto, que se ponía en práctica hace unos años para los teléfonos móviles (hoy existen otras opciones, y las baterías tienen una mayor capacidad), no es tan sencillo en el caso de los vehículos eléctricos, aunque existen iniciativas y proyectos que trabajan para lograr un sistema efectivo y práctico.
Cambiar baterías es ideal desde el punto de vista del tiempo invertido, y de la nula necesidad de contar con sistemas de refrigeración mientras dura el proceso. Cuando se practica la recarga rápida, la batería se calienta y, a largo plazo, se deteriora por el calor excesivo. Por otro lado, cambiar las baterías requiere trabajo de precisión e involucrar robots en el proceso, algo costoso y poco práctico, de momento.
En cuanto a la recarga rápida, ofrece grandes ventajas frente a un sistema de carga tradicional (permite recargas del 80% de la batería en tiempos típicos de alrededor de 30 minutos) y, además, es una infraestructura ya probada y que puede tener una gran expansión gracias a la liberalización del mercado que comentamos anteriormente.
Recientemente, Volvo Cars ha invertido en la empresa estadounidense de recarga de vehículos eléctricos FreeWire Technologies a través de su fondo de inversión, Volvo Cars Tech Fund. Esta compañía es pionera en tecnología de carga rápida flexible para vehículos eléctricos, y además sus estaciones de carga utilizan energía de bajo voltaje, lo que permite a los operadores simplificar enormemente sus procesos de instalación.
La recarga rápida tiene algunas desventajas, sobre todo desde el lado de las compañías eléctricas, que deben estar preparadas para afrontar picos de demanda de gran importancia, y de manera no planificada. Además, para el usuario tiene ciertas implicaciones en el coste de las recargas, puesto que los picos de demanda implican una variación del precio de la electricidad en intervalos de tiempo reducidos.