Sabemos que la batería de un coche eléctrico es una de las principales barreras de entrada para muchos compradores, principalmente por su capacidad (lo que determina su autonomía) y por la velocidad de recarga. Por eso hay fabricantes que se plantean un modelo diferente al de la recarga como es el del cambio de baterías, conocido en inglés como battery swap.
Pero no solo hablamos de barrera de entrada al referirnos a la operativa diaria con la batería. Las baterías de los coches eléctricos (y de los híbridos enchufables) tienen cierta vida útil y por eso, cada cierto tiempo, hay que sustituir la batería por una nueva. Es lo mismo que cuando hablamos de la batería tradicional del coche, con la diferencia de que en el caso de la de los eléctricos hablamos de un coste superior al de la batería tradicional.
El propietario del vehículo tiene varias opciones, como la de comprar una batería para su coche y sustituirla cuando toca, o bien optar por un modelo de suscripción que le proporcione una batería nueva cuando la necesite.
Baterías como Servicio, ¿el futuro?
Cuando decimos «Baterías como Servicio» estamos hablando de un concepto que es muy conocido en el mundo de la tecnología. Por ejemplo, el modelo SaaS (Software como Servicio) es un modelo de distribución de software donde el soporte lógico y los datos se alojan en servidores del proveedor, a los que se accede vía Internet.
Ese mismo proveedor se ocupa del mantenimiento, de la operativa diaria y del soporte del software, descargando al usuario de estos menesteres y proporcionando beneficios como la reducción de costes (el usuario no debe invertir en infraestructuras o licencias), una mayor eficiencia, flexibilidad y capacidad de escala, y otras muchas ventajas.
En el caso de las baterías de los coches eléctricos, el concepto es muy similar. Por ejemplo, el fabricante chino Nio tiene planes para crear una empresa de gestión de activos de baterías que impulse el BaaS (Batería como Servicio).
De este modo, se encargará de gestionar los activos de baterías de Nio, separando, además, la propiedad del vehículo y la batería. Esto quiere decir que el coche y la batería podrán ser vendidos por separado y el usuario no necesita ser dueño de la batería.
Estos «activos de baterías» pueden ser gestionados por una empresa a la que el usuario sólo tendría que alquilar la batería. Los clientes pueden elegir entre una variedad de paquetes de servicio basados en diferentes parámetros, como, por ejemplo, sus necesidades de kilometraje. Cuanto más conduzcan, más económico es el servicio.
Las ventajas de este servicio son evidentes, dado que si un cliente opta por no tener en propiedad la batería de su vehículo, obtendría este a un precio menor (la fuente cita un descuento de 100.000 yuanes en la compra del coche, unos 12.000 euros), a costa de pagar mensualmente algo más de 150 euros (1.280 yuanes) durante seis años, momento en que sería propietario de la batería. Además, contarían con una batería «recargable, reemplazable y actualizable».
Es una idea similar al servicio de suscripción que dimos a conocer recientemente bajo el nombre de Volvo Online. Y, como sabes, este servicio es todo ventajas, ya que permite disponer de un vehículo sin necesidad de encargarte de nada, ni del mantenimiento, ni de la sustitución de neumáticos, ni del seguro.